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Diosdado desestima informe del Centro Carter: «No nos importa lo que diga la OEA»

El ministro de Interior y Justicia rechazó el informe sobre las elecciones del 28 de julio, defendiendo la legitimidad del proceso y acusando a la oposición de corrupción.

Este miércoles, Diosdado Cabello, ministro de Interior, Justicia y Paz, desestimó por completo el informe presentado por Jennie Lincoln, presidenta del Centro Carter, en la OEA, sobre las elecciones del 28 de julio en Venezuela. Durante su programa «Con El Mazo Dando», Cabello no tuvo reparos en criticar tanto al Centro Carter como a la Organización de Estados Americanos (OEA). “No nos importa lo que digan ni la OEA ni la señora del Centro Carter”, dijo tajantemente.

El líder chavista minimizó las actas originales presentadas en el informe, asegurando que “aquí decidió el pueblo”. Además, fue enfático al afirmar que, el próximo 10 de enero, Nicolás Maduro se juramentará como presidente nuevamente. “Son parte del plan. Nos engañaron una vez, está bien; pero dos no… váyanse al carajo”, expresó con dureza, aludiendo al Centro Carter y la OEA.

«Informe hecho antes de venir»

Cabello también lanzó comentarios sarcásticos hacia Jennie Lincoln y el expresidente Jimmy Carter, fundador del Centro Carter. Acusó a Lincoln de burlarse al presentar un informe que, según él, «ya estaba hecho antes de venir a Venezuela». Para Cabello, todo este proceso forma parte de una estrategia más amplia para desacreditar al gobierno de Maduro.

El caso de Rafael Ramírez Colina

En su discurso, Cabello también aprovechó para referirse al caso del alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez Colina, quien ha sido acusado de corrupción. Según el ministro, la situación involucra a varios miembros de la oposición, y advirtió que quienes defienden a Ramírez “se van a arrepentir”.

“Lo que está ahí es barro puro y cae un gentío. Calladitos se ven más bonitos porque lo que está ahí es más duro para ustedes”, sentenció. Cabello acusó a la oposición de desviar fondos recolectados en el municipio de Maracaibo hacia «los partidos de extrema derecha». Además, insinuó que Ramírez no es un preso político, como lo ha calificado la oposición, sino un corrupto que “les pasaba una mesada” a sus aliados.

Con este panorama, la confrontación entre el oficialismo y la oposición sigue intensificándose, con acusaciones cruzadas que alimentan la tensión política en Venezuela.