El nuevo presidente del Instituto Nacional de Tránsito Terrestre, Luis Ignacio Granko Arteaga, está vinculado a empresas privadas y es hermano del coronel Alexander Granko, señalado de torturas a presos políticos.
En la Gaceta Oficial número 42.978 del 4 de octubre, se formalizó la designación de Luis Ignacio Granko Arteaga como nuevo presidente del Instituto Nacional de Tránsito Terrestre (INTT), según decreto firmado por el presidente Nicolás Maduro. Granko sustituye al general de división Gabriel Aguana Rodríguez, quien había asumido el cargo desde el 27 de julio de 2023.
El decreto también fue refrendado por la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello Rondón, según informó Aporrea.
Granko Arteaga se desempeñaba previamente como gerente de Oficinas Regionales del INTT y también es propietario de las empresas Fumiservi C.A. y Alimentos Horizonte C.A., de acuerdo con un informe publicado por http://Armando.info . Sin embargo, su nombre ha cobrado relevancia por otro motivo: es hermano del coronel Alexander Granko, señalado como uno de los principales responsables de torturas contra presos políticos en Venezuela.
En un informe del Instituto Casla de 2022, Alexander Granko fue identificado recurrentemente como uno de los torturadores que operan bajo una “línea directa” con Maduro. La abogada y activista de derechos humanos Tamara Suju, presidenta de Casla, declaró en marzo de 2022 que “los torturadores tienen licencia para torturar directamente de Maduro”, y mencionó a Granko junto a otros altos mandos del Sebin y la Dgcim, organismos de inteligencia del régimen venezolano.
El nombre de Alexander Granko está vinculado a numerosas denuncias de violaciones a los derechos humanos, y en el informe de Casla se le señala como uno de los líderes detrás de torturas y tratos crueles a presos políticos..
Este nombramiento de Luis Ignacio Granko genera controversia no solo por sus vínculos familiares, sino por su papel como empresario en Venezuela. La combinación de sus intereses privados y su nueva posición al frente de una institución pública clave como el INTT plantea preguntas sobre los intereses en juego en la gestión del tránsito y transporte en el país.