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Miles de uruguayos despiden a “Pepe Mujica”, referente de la izquierda latinoamericana

Militantes del Movimiento de Participación Popular, creado por el expresidente, marcharon con banderas y vestidos de negro con una camiseta que en su espalda tiene la leyenda: «No me voy, estoy llegando».

El cortejo fúnebre de José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay fallecido ayer a los 89 años de edad, partió este miércoles 14 de mayo desde el Palacio Estévez de Montevideo. Los uruguayos comienzan así a despedir al popular ‘Pepe’ Mujica, el exguerrillero que llegó a presidir su país y se convirtió en referente de la izquierda latinoamericana, en el primero de los tres días de luto oficial decretados por el Gobierno.

Acompañado por miles de personas, el cortejo fúnebre partió desde la Torre Ejecutiva de Montevideo hacia el Palacio Legislativo, donde sus restos serán velados en el Salón de los Pasos Perdidos. A pocos metros de la salida y acompañado por la viuda de Mujica, Lucía Topolansky, el actual presidente, Yamandú Orsi, colocó el pabellón patrio sobre el féretro, que es trasladado en una cureña de artillería.

«No me voy, estoy llegando»

Minutos después, entre aplausos, el cortejo fúnebre partió hacia la Avenida 18 de Julio de Montevideo -la principal de la capital- por la que marchará hacia la sede del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. También se detendrá frente a las sedes del Movimiento de Participación Popular y del Frente Amplio, ambas ubicadas en el centro de Montevideo. Delante de la cureña, cientos de militantes de este movimiento, creado por el expresidente, marchan con banderas y vestidos de negro con una camiseta que en su espalda tiene la leyenda: «No me voy, estoy llegando».

Dicha frase fue pronunciada por Mujica el 1 de marzo de 2015, cuando dejó la Presidencia del país tras su mandato de cinco años. «No me voy, estoy llegando. Me iré con el último aliento y donde esté estaré por ti, estaré contigo, porque es la forma superior de estar con la vida. Gracias, querido pueblo», enfatizó entonces.

La cureña tirada por caballos se abre paso entre la multitud entre muestras de afecto. «¡Gracias, Pepe!», gritaban algunos de los presentes. Otros lloraban. La partida del «presidente más pobre del mundo», como solían definirlo en titulares internacionales, desató también una oleada de mensajes de líderes latinoamericanos y referentes de la izquierda internacional.

Con información de DW