-La ola emigratoria hace que las empresas y entes públicos comiencen a quedar vacíos ya que los salarios que actualmente paga el Ejecutivo perdieron todo sentido ante la realidad económica que atraviesa el país.
Para un trabajador venezolano, ya no tiene sentido emplear recursos para ir a su sitio de empleo a cumplir funciones laborales, puesto que los costos para esto han subido tanto que estando en su hogar le sale menos oneroso, sobre todo en el sector público, en que los sueldos y salarios están establecidos en tablas y baremos que quedaron obsoletos ante la realidad económica que atraviesa Venezuela. Sólo para pagar pasajes con dinero efectivo, una persona debe dedicar dos horas diarias en un banco para retirar apenas Bs 10.000,00 (0,04 dólares al cambio paralelo).
Los datos de la huida del sector laboral venezolano comienzan a ser decisivos. La diáspora se alimenta de los trabajadores del sector público, a quienes ni siquiera el bono alimenticio les alcanza para que el trabajador coma por lo menos él solo. La fuerte escasez de alimentos, combinado con la caída de importaciones que mantenía la administración Maduro, así como con la emisión de dinero “inorgánico”, han imposibilitad a la mayoría de los hogares a mantenerse, por lo tanto se produce una oleada de salida de venezolanos por las fronteras, a pie, en el caso de Guyana, se lanzan hasta 200 kilómetros en una huida sin precedentes.
De Pdvsa hay reportes de que al menos en los dos primeros meses del año, se fueron 25 mil trabajadores, ni siquiera esperaron el pago de prestaciones sociales, abandonaron sin presentar renuncia alguna. El sector médico presenta decenas de miles de médicos que se han marchado, así como en el sector educativo, en escuelas y liceos el abandono estaría en 40%, mientras en el universitario 30%. Otro sector que pierde personal masivamente es la administración pública central, las oficinas de los ministerios han quedado prácticamente abandonadas.
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La hiperinflación se convierte en un nuevo factor que hace huir a la población, aunada todas las regulaciones que el gobierno ha empleado en materia cambiaria, en el desempeño comercial y productivo. En Venezuela se combina la emisión de dinero, junto a las peores normas para desempeño económico, lo que hace imposible la vida en este país, cuya situación afecta incluso a las clases pudientes, pequeños y medianos empresarios comienzan a ver sus empresas sin personal.
La mayoría de la gente que emigra es joven. Profesionales que prefieren escapar de los efectos de la crisis económica, en busca de puestos de trabajo que sean mínimamente remunerados y acorde con el desempeño de una persona con ingresos suficientes para costear lo básico de su vida, situación que no garantiza el Estado en Venezuela, al no permitir que el desempeño de las empresas privadas sea libre y al mantener un esquema de emisión de dinero sin control alguno, así como el control de divisas, al mismo tiempo una pérdida de ingresos debido a la pérdida de producción petrolera, único rubro que produce este país.
Con la huida del personal del sector público, se da un paso más en el desplome institucional que hay, además se acelera el colapso general de la sociedad, por despoblamiento y porque el Estado comenzará a paralizarse por la falta de personal, las personas que se quedan no disponen de la preparación o calificación necesaria para llevara adelante las operaciones de gobierno.