*** Según el Fondo Monetario Internacional estamos ante el mayor reto desde la Segunda Guerra Mundial y los estados deben cumplir con sus deberes.
Por José Piñeiro
El Fondo Monetario Internacional impuso deberes a los estados ante lo que considera el mayor reto desde la Segunda Guerra Mundial. El objetivo de estas cuatro medidas es restaurar la confianza y evitar la fragmentación geoeconómica.
En un informe presentado este lunes, en el arranque del Foro Económico Mundial, en la ciudad de Davos, Suiza, el FMI ha solicitado a los estados que den prioridad a cuatro medidas para restaurar la confianza mundial: la reducción de barreras comerciales; promover acuerdos sobre la deuda de países vulnerables; modernizar los sistemas de pago transfronterizos; y afrontar la transformación hacia la energía verde.
En un momento en el que la crisis del coronavirus se ha solapado con la Guerra de Ucrania, 2.500 líderes mundiales se dan cita desde este lunes en un foro, en el que el FMI ha hecho público un informe, firmado entre otros por la directora gerente, Kristalina Georgieva, en el que se explica por qué la comunidad internacional debe resistir ante la fragmentación geoeconómica y cómo.
Hasta ahora con la Guerra de Ucrania, 30 países han restringido el comercio de alimentos, energía y productos básicos, según los datos del fondo, que ha advertido del coste enorme que puede suponer para los estados esta desintegración.
Solo la fragmentación tecnológica supondría caídas del 5 % del PIB para algunos países, según estimaciones del fondo, que ha citado a modo de ejemplo las tensiones comerciales de 2019, que conllevaron una caída del PIB mundial de casi un 1 %.
La cooperación que ha habido durante las últimas tres décadas ha logrado sacar de la pobreza extrema a 1.300 millones de personas, según recuerda el fondo.
Para restaurar esta confianza mundial, estima prioritario que se fortalezca el comercio internacional para aumentar la resiliencia, de manera que se reduzcan las barreras para aliviar la escasez de productos y lograr rebajar el precio de alimentos, entre otros.
A su juicio, no solo los países sino también las empresas necesitan asegurar las cadenas de suministros y preservar las ventajas para su negocio de una integración global.
En segundo lugar, plantea acuerdos para la reestructuración de la deuda de los países más vulnerables, lo que también repercutiría positivamente en los acreedores.
Por otro lado, el FMI plantea que se modernicen los sistemas de pago transfronterizo, teniendo en cuenta que el promedio del coste internacional de las transferencias es de un 6,3 %, lo que implica, según sus datos, que 45.000 millones de dólares al año vayan a parar a manos de intermediarios.
En último lugar, ha planteado otra prioridad, la más relevante de todas, que es la de abordar el cambio climático y la urgente necesidad de acelerar la transición hacia la energía.
El FMI reconoce que no existe una fórmula mágica para restaurar la confianza mundial, pero añade que si las partes muestran interés en resolver las necesidades comunes más urgentes, se logrará tejer una economía más fuerte e inclusiva.
Este organismo ha recordado que las ventajas de actuar conjuntamente se pusieron de manifiesto durante la pandemia, cuando los gobiernos tomaron medidas fiscales y monetarias coordinadas para prevenir otra gran depresión y para desarrollar vacunas en tiempo récord.
Este informe del FMI se hace público antes de dar comercio cuando aún no han arrancado las intervenciones del foro económico mundial, que se celebrará hasta el jueves donde los líderes de la política, empresas y la sociedad civil debaten sobre los retos económicos, de nuevo de forma presencial tras la pandemia.