En lo que parece ser un capítulo más de una escalada del delito en Venezuela, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) informó sobre la desarticulación de una red de trata que explotaba sexualmente a jóvenes para luego enviarlas a Colombia. El director del CICPC, Douglas Rico, compartió detalles sobre el caso a través de su cuenta oficial de Instagram.
Las jóvenes, de edades comprendidas entre los 16 y 21 años, eran captadas en Venezuela y posteriormente trasladadas a Colombia. Su explotación tenía el único objetivo de obtener beneficios económicos. La red no solo incluía a hombres mayores: una joven de 17 años formaba parte activa del grupo, siendo responsable de contactar y cuidar a las víctimas. Hasta la fecha, se ha logrado la detención de dos hombres y esta chica.
No obstante, el trabajo del CICPC no se detiene aquí. Douglas Rico enfatizó que continúan las investigaciones para capturar a otros dos individuos, ambos de 26 años, quienes están vinculados a la red y prófugos.
Este no es un hecho aislado. Tan solo la semana pasada, se efectuó la detención de otra pareja bajo cargos similares. Las alarmas sobre la trata de personas en Venezuela se han intensificado en los últimos años, y tanto las autoridades como organizaciones no gubernamentales reconocen el crecimiento de este delito.
La ONG Mulier Venezuela arrojó luz sobre la gravedad de la situación en un informe de marzo pasado. Según sus datos, 1.390 venezolanas, de las cuales 284 eran niñas y adolescentes, fueron rescatadas de estas redes en 2022.
El desafío para las autoridades es enorme. Mientras se esfuerzan en fortalecer las medidas de prevención y en castigar a los criminales, el país enfrenta un panorama complejo de vulnerabilidades que hacen que muchas jóvenes caigan en las garras de estas redes. El caso reciente es un recordatorio de la importancia de mantener la guardia alta y de continuar trabajando en favor de la protección de las víctimas.
Por qué importa: Las alarmas sobre la trata de personas en Venezuela se han intensificado en los últimos años, y tanto las autoridades como organizaciones no gubernamentales reconocen el crecimiento de este delito.