La general Laura Richardson liderará una delegación de alto nivel en una misión conjunta con el gobierno ecuatoriano
El gobierno de Estados Unidos, liderado por el presidente Joe Biden, ha anunciado una decisiva movida en su política exterior hacia América Latina, centrando su atención en la crítica situación de seguridad en Ecuador. En un comunicado emitido por el Departamento de Estado, se reveló la inminente visita de una delegación de alto nivel a Ecuador para abordar las estrategias y tácticas en la lucha contra el crimen organizado y el narcoterrorismo, que han azotado gravemente al país sudamericano.
La jefa del Comando Sur, la general Laura Richardson, encabezará la delegación que incluye a destacados funcionarios antinarcóticos y diplomáticos. Esta decisión refleja la seriedad con la que Washington está tomando la situación en Ecuador, un país que ha experimentado niveles alarmantes de violencia y terrorismo por parte de bandas narcocriminales. Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, destacó la gravedad de la crisis en el país, señalando que más de 100 guardias penitenciarios están actualmente retenidos como rehenes.
La misión de la delegación estadounidense, que se desplazará a Ecuador en las próximas semanas, es trabajar codo a codo con el presidente ecuatoriano Daniel Noboa y su equipo para explorar formas más efectivas de combatir las organizaciones criminales transnacionales. La colaboración incluirá un aumento en el intercambio de inteligencia, la lucha contra la ciberdelincuencia y el apoyo en la implementación de reformas penitenciarias.
Entre los funcionarios que acompañarán a la general Richardson se encuentran Todd Robinson, subsecretario de la Oficina Internacional de Narcóticos y Aplicación de la Ley, y Kevin Sullivan, un alto cargo del Departamento de Estado para América Latina. Además, oficiales de la policía estadounidense viajarán a Ecuador para asistir en investigaciones criminales, como parte de un esfuerzo conjunto para responsabilizar a los individuos y organizaciones que participan en actividades delictivas.
Este anuncio se produce en un contexto de escalada de violencia en Ecuador, que ha incluido motines carcelarios, secuestros, explosiones y ataques terroristas, culminando con el asalto armado a un canal de televisión en Guayaquil. Frente a estos hechos, el Gobierno de Noboa ha declarado un «conflicto armado interno», considerando a estas bandas como grupos terroristas y objetivos militares.