El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. anuncia un aumento significativo en las deportaciones, incluyendo el reinicio de repatriaciones directas a Venezuela.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) reveló que, en los últimos ocho meses, aproximadamente medio millón de migrantes han sido deportados por no poder demostrar una «base legal» para su estancia en el país. Este número representa un incremento significativo en comparación con las cifras de años anteriores.
Según el comunicado del DHS, desde mayo del año pasado, más de 482.000 migrantes han sido expulsados, con un notable aumento de deportaciones en los últimos dos meses, superando los 100.000 casos. Este periodo ha visto también el reinicio de vuelos directos de deportación hacia Venezuela, una práctica que había sido suspendida por cuatro años.
Entre los deportados se encuentran adultos solteros y familias, la mayoría de los cuales no lograron justificar su permanencia en EE.UU. bajo criterios legales establecidos. Estos números exceden los registros de deportaciones del año fiscal 2019, destacando un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.
El incremento en las deportaciones coincide con la finalización del Título 42, una medida implementada por razones sanitarias que permitía la expulsión inmediata de migrantes indocumentados. Desde su suspensión el 12 de mayo, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) ha aumentado el número de vuelos con deportados, reflejando un enfoque más estricto en el control de la migración.
Este aumento en las deportaciones ha generado preocupaciones entre grupos defensores de los derechos de los migrantes, quienes han criticado las políticas migratorias actuales de EE.UU. por considerar que podrían estar vulnerando los derechos de las personas afectadas. Además, la situación en los países de origen de los deportados, especialmente en el caso de Venezuela, sigue siendo un factor crítico que complica el panorama.
Las cifras actuales indican un cambio notable en la política migratoria de Estados Unidos, mostrando un enfoque más riguroso y una escalada en las medidas de control y deportación de migrantes.