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Papa Francisco acepta renuncia de obispo polaco acusado de abuso sexual

En un giro que evidencia la creciente presión sobre la Iglesia Católica para enfrentar su pasado oscuro, el Papa Francisco acepta la renuncia de Andrzej Dziuba, implicado en encubrimientos de abuso sexual en Polonia.

Desde las altas esferas del Vaticano, se ha tomado una decisión que podría marcar el inicio de una nueva era en la lucha contra la impunidad dentro de la Iglesia Católica. El Papa Francisco, en un acto que algunos podrían considerar tanto necesario como tardío, ha aceptado la renuncia de Andrzej Dziuba, un obispo polaco de 73 años, envuelto en un profundo escándalo de encubrimiento de abusos sexuales contra menores en la diócesis de Lowicz, en el corazón de Polonia.

«El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Lowicz (Polonia) presentada por Su Excelencia Reverendísima Monseñor Andrzej Franciszek Dziuba», se anunció a través de un comunicado oficial, dejando entrever la seriedad con la que el Vaticano está abordando estos casos. La prensa polaca ya había lanzado luces sobre las oscuras acciones de Dziuba, quien, en lugar de investigar las acusaciones contra al menos dos sacerdotes de su diócesis implicados en pedofilia, optó por trasladarlos a otras parroquias, perpetuando así el ciclo de abusos y silencio.

Esta no es una situación aislada en Polonia, un país que durante mucho tiempo se consideró un bastión de la fe católica, pero que en los últimos años ha visto cómo su poderosa institución eclesiástica se ve sacudida por revelaciones de pedofilia ocultas por el clero de alto rango. «De hecho se han encontrado dificultades en el gobierno pastoral de S. E. Andrzej Dziuba y en particular sus omisiones en el tratamiento de casos de abusos sexuales de menores cometidos por algunos sacerdotes», señala la nota de la nunciatura, reconociendo implícitamente las fallas en el sistema que permitieron que tales atrocidades continuaran sin ser debidamente confrontadas.

La investigación diocesana, llevada a cabo por el arzobispo metropolitano de Lodz, Grzegorz Rys, y presentada a la Santa Sede en 2020, junto con la acción de la Comisión Estatal sobre Pedofilia que en 2022 acusó a Dziuba de no informar a las autoridades sobre un abuso cometido en 2016, son claros indicativos de que el Vaticano está tomando pasos, aunque sean graduales, hacia la erradicación de la cultura del silencio que ha plagado a la Iglesia durante décadas.