La cifra de víctimas mortales en el atentado de Krasnogorsk asciende a 115, mientras las labores de rescate prometen incrementar la cuenta.
En un sombrío amanecer para Rusia, el número de víctimas fatales en el devastador atentado en la sala de conciertos Crocus City Hall, ubicada en las afueras de Moscú, específicamente en la ciudad de Krasnogorsk, ha escalado a 115 personas. Esta cifra fue confirmada por el Comité de Instrucción Ruso, poniendo de manifiesto la magnitud de una de las tragedias más graves en la historia moderna del país.
El gobernador de la región de Moscú, Andréi Vorobióv, reveló a través de Telegram que veinte cuerpos más fueron descubiertos entre los escombros del edificio, anticipando un oscuro panorama: «Otros 20 cuerpos fueron encontrados bajo los escombros. Los trabajos continuarán al menos durante unos días más». Esta revelación subraya la dura realidad de que el número final de muertos probablemente aumentará conforme avancen las operaciones de búsqueda y rescate.
El impacto del atentado se ha visto agravado no solo por la pérdida de vidas sino también por el modo en que estas se perdieron, con los investigadores rusos apuntando a heridas de bala y asfixia por el humo del incendio provocado por los atacantes como las causas de muerte principales.
En una muestra de acción rápida, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha reportado la detención de once individuos en relación con este acto de terror, incluyendo a cuatro que participaron directamente en el ataque. Estas detenciones tuvieron lugar en una carretera de la región de Briansk, cerca de la frontera con Ucrania, lugar donde los sospechosos, según el FSB, intentaban cruzar hacia Ucrania manteniendo «contactos» con representantes del país vecino.
Mientras tanto, el panorama en los hospitales de Moscú y sus alrededores es sombrío, con 107 heridos siendo atendidos tras el ataque, 44 de ellos en estado grave y 16, incluyendo un niño, en estado «muy grave».