Las recientes declaraciones del expresidente reavivan el debate sobre el antisemitismo y la política exterior de EE.UU. hacia Israel.
En una reciente entrevista con Real America’s Voice, el expresidente Donald Trump desató una nueva controversia al criticar a los judíos estadounidenses que no lo apoyan y sugirió que aquellos que votan por el presidente Joe Biden «no aman a Israel». «Cualquier judío que vote a Biden no ama a Israel y, francamente, se debería hablar con ellos», declaró, alimentando nuevamente el fuego de la polémica en torno a su figura y su relación con la comunidad judía en Estados Unidos.
Esta no es la primera vez que Trump juega con el delicado tópico antisemita de la doble lealtad, sugiriendo que los judíos estadounidenses tienen una obligación dual hacia Estados Unidos e Israel. Sus palabras han resonado con fuerza en una comunidad que, históricamente, ha tendido a apoyar al Partido Demócrata en una proporción significativa. De hecho, la encuesta 2020 del Centro de Investigación Pew revela que los judíos estadounidenses se identifican mayormente con los demócratas, salvo la minoría ortodoxa, más inclinada hacia los republicanos.
Trump argumentó que Biden estaba «totalmente del lado de los palestinos» en el contexto actual del conflicto en Gaza, a pesar de que Biden ha reafirmado su apoyo al derecho de Israel a defenderse. Estas declaraciones se suman a una larga lista de comentarios del expresidente que han sido interpretados como antisemitas, desde su campaña presidencial hasta después de dejar el cargo, criticando la supuesta falta de apoyo de los judíos estadounidenses hacia él y sus políticas pro-Israel.
El contexto de estas declaraciones es particularmente delicado. Un informe reciente del Comité Judío Estadounidense indica que al menos el 63% de los judíos estadounidenses se sienten menos seguros en la sociedad que hace un año. Además, la Liga Antidifamación registró un alarmante aumento del 361% en incidentes antisemitas tras los ataques de Hamas contra Israel el pasado octubre.