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Uruguay en la mira: La sombra del Tren de Aragua y el fantasma del fentanilo sacuden al país

El gobierno uruguayo se prepara para enfrentar dos amenazas emergentes: la posible llegada del grupo criminal venezolano y el avance del mortal fentanilo en la región.

Uruguay se encuentra en una encrucijada de seguridad que no puede ignorar. Dos amenazas latentes —la posible incursión del grupo criminal venezolano Tren de Aragua y la inquietante expansión del fentanilo, la llamada “droga zombi”— han puesto en alerta máxima al gobierno uruguayo. Desde la reciente Cumbre Latinoamericana de Seguridad, celebrada en Guayaquil, el ministro del Interior, Nicolás Martinelli, lanzó una advertencia que resonó como un eco por los corredores del poder.

«Hay preguntas difíciles que el gobierno debe hacerse», comentó Martinelli, citado por El País. «La administración debe tener firmeza para dar las peleas que hay que dar y valentía para ir hasta las últimas consecuencias con quienes infringen la ley». Sus palabras reflejan una preocupación que ha dejado de ser una simple hipótesis para convertirse en una cuestión de Estado.

El Tren de Aragua, una organización criminal que tuvo sus orígenes en las celdas de la cárcel de Tocorón, en Venezuela, ha extendido sus tentáculos más allá de las fronteras, convirtiéndose en un actor delictivo de alcance internacional. Este grupo ha tejido una red de tráfico humano, minería ilegal, secuestro, extorsión y tráfico de drogas, incluyendo cocaína y éxtasis. Su capacidad para infiltrar países ha alarmado a las autoridades uruguayas, aunque, por ahora, la Policía asegura que no han detectado su presencia en el territorio, según reportes de Telemundo de Canal 12.

Pero el Tren de Aragua no es la única sombra que se cierne sobre Uruguay. La extensión del uso de fentanilo, una droga tan potente que unos pocos miligramos son suficientes para intoxicar a toda una comunidad, ha encendido las alarmas en el país. «La diferencia que tiene el fentanilo con otras sustancias es que hablamos de microgramos», advirtió Daniel Radío, secretario de la Junta Nacional de Drogas. «Con lo que entra en el grafo [la mina] de un lápiz, intoxicamos a un pueblo».

Aunque por ahora el fiscal de Estupefacientes, Rodrigo Morosoli, asegura que en Uruguay “no existe el mercado de fentanilo”, las recientes detecciones de la droga en operativos policiales han disparado las alertas. Se sospecha que las ampollas de fentanilo encontradas provienen de centros de salud, donde se utiliza para tratar dolores intensos, especialmente en pacientes con cáncer. Sin embargo, el peligro radica en su desvío hacia el mercado negro, un riesgo que las autoridades uruguayas no pueden permitirse ignorar.

En Guayaquil, Martinelli subrayó la importancia de un “enfoque dual” en la lucha contra el crimen, que combine la represión y la prevención del delito. Además, destacó la profesionalización de la policía uruguaya y el uso de tecnologías avanzadas como el sistema Shotspotter, que permite localizar el origen de los disparos.

(Con información de Infobae)