Cientos de jueces y empleados del Poder Judicial forman una barrera humana frente a la Cámara de Diputados para impedir la votación de la controvertida reforma que busca elecciones populares para jueces y magistrados.
Este martes, el Poder Judicial mexicano ha dejado claro que no se quedará de brazos cruzados ante la reforma propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Cientos de jueces y trabajadores judiciales se han movilizado en torno a la Cámara de Diputados en un intento por bloquear el recinto y evitar que se lleve a cabo la votación de la polémica reforma que propone elecciones populares para todos los juzgadores y magistrados de la Suprema Corte.
La Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito (Jufed), en paro nacional desde hace casi dos semanas, ha encabezado la protesta, formando una barrera humana frente al Palacio de San Lázaro. «¡Si el pueblo se informa, no pasa la reforma!», coreaban los manifestantes mientras impedían el acceso al recinto legislativo. La tensión aumentó cuando los legisladores del partido gobernante Morena intentaron ingresar, encontrándose con la firme resistencia de los trabajadores judiciales.
Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena, anunció que podrían trasladar la sesión a una sede alterna para evitar confrontaciones directas. «No queremos provocar un enfrentamiento, no vale la pena, nosotros somos pacifistas», afirmó Monreal en un video, sugiriendo la posibilidad de sesionar en Santa Fe o incluso en un «hotel céntrico». A pesar de las protestas, Monreal dejó claro que sigue la expectativa de votar la reforma constitucional que, de aprobarse, daría inicio a las elecciones populares del Poder Judicial en 2025.
La oposición a la reforma no es menor. La Jufed sostiene que la propuesta de AMLO viola sus derechos laborales al acabar con la carrera judicial y abrir la puerta a la «intromisión de intereses» a través de las campañas electorales. «Por nosotros, pueden ir a sesionar al infierno, pero aquí en la Cámara de Diputados no van a sesionar hoy», sentenció Patricia Aguayo, portavoz de los trabajadores judiciales, quien afirmó que permanecerán en el lugar «el tiempo que sea necesario».
Mientras la protesta se desarrollaba en las calles, López Obrador minimizaba la situación durante su conferencia matutina, defendiendo su reforma con su característico estilo. «Yo, cuando me dijeron que iban a ir a huelga, hasta me alegré», bromeó el presidente, argumentando que así no podrán «sacar delincuentes a la calle» o seguir «defendiendo a delincuentes del crimen organizado».
Con Morena y sus aliados del Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) ostentando una mayoría calificada en el Congreso, el futuro de la reforma parece depender de si pueden sortear la resistencia que se levanta en las calles y encontrar un lugar donde puedan continuar con su agenda legislativa.