MADURO SANCHEZ

España y EE.UU niegan complot contra Maduro: Tensión mundial con Venezuela se dispara

«El Gobierno español rechaza las acusaciones de estar involucrado en una operación para derrocar a Maduro tras la detención de dos españoles en Venezuela.»

La tensión entre España y Venezuela ha alcanzado un nuevo nivel explosivo. Este domingo, el Ministerio de Exteriores español desmintió rotundamente las acusaciones de Caracas sobre su participación en un complot para desestabilizar el gobierno de Nicolás Maduro. Esto, tras las declaraciones del ministro venezolano Diosdado Cabello, quien afirmó que dos ciudadanos españoles detenidos en Venezuela tenían vínculos con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

“El Gobierno ha constatado que los detenidos no forman parte del CNI ni de ningún otro organismo estatal,” aseguraron fuentes oficiales españolas a la agencia EFE. Con este rechazo tajante, Madrid se desmarca de cualquier plan para interferir en la política interna venezolana y reafirma su apuesta por una solución «democrática y pacífica» a la crisis del país suramericano.

Los arrestos que encendieron la mecha

El arresto de los españoles Andrés Martínez Adasme y José María Basoa Valdovinos en Puerto Ayacucho ha sido el centro de la polémica. Según Cabello, los detenidos formaban parte de un operativo para derrocar al gobierno y, supuestamente, estaban vinculados a un plan para asesinar a la alcaldesa de Upata, Yulisbeth García. Además, el dirigente chavista acusó a los políticos opositores Américo de Grazia y Carlos Chancellor de estar involucrados en la conspiración.

Cabello no se contuvo y arremetió contra España con su habitual vehemencia: «Nos creen colonia todavía. El Congreso de España se convirtió en el CNE de Venezuela. Están metidos hasta el cuello en la operación contra Venezuela.»

Las familias de los detenidos habían reportado su desaparición el 9 de septiembre, pero no fue hasta días después que se descubrió que ambos estaban bajo arresto en Venezuela. Mientras tanto, la Embajada de España en Caracas ha solicitado acceso a los detenidos para verificar sus identidades y conocer las razones de su arresto.

El Congreso de España aviva la llama

La chispa que ha inflamado aún más la crisis diplomática es el reconocimiento por parte del Congreso español de Edmundo González Urrutia como «presidente electo» de Venezuela. Con una ajustada votación de 177 a favor y 164 en contra, España se unió simbólicamente a los países que no reconocen la legitimidad de la administración de Maduro. Esto ha sido un duro golpe para las ya tensas relaciones entre ambos gobiernos.

El presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Jorge Rodríguez, no perdió tiempo en reaccionar, instruyendo a la Comisión de Política Exterior a redactar una resolución que exija al Ejecutivo venezolano romper todos los lazos con España. La ministra de Defensa de España, Margarita Robles, también lanzó su propio misil diplomático al calificar abiertamente al gobierno de Maduro como una «dictadura», lo que provocó una respuesta inmediata de Venezuela, que llamó a consultas a su embajadora en Madrid, Gladys Gutiérrez, y a su representante en España, Ramón Santos Martínez.

Sánchez, entre la defensa de la democracia y el fuego cruzado

Mientras la crisis escala, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, sigue firme en su postura. Sánchez ha reiterado su compromiso de «defender la democracia en todos los rincones del mundo» y ha señalado a Venezuela como una prioridad en su agenda política. Durante una reunión con miembros del PSOE, pidió la publicación de las actas electorales de las últimas elecciones venezolanas, argumentando que esto permitiría una verificación «imparcial e independiente».

Pero las tensiones no solo son con Venezuela. Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, criticó duramente la falta de acción del Gobierno español tras la detención de los dos ciudadanos en Venezuela, acusándolo de estar «desinformado» sobre la situación. Feijóo, quien ha organizado una reunión con Edmundo González en el Congreso de los Diputados, sigue presionando para que el Parlamento Europeo tome una postura más activa frente a lo que considera una «dictadura» en Venezuela.

Washington y Europa en el tablero

El conflicto no se limita solo a España y Venezuela. El Departamento de Estado de Estados Unidos también ha negado categóricamente cualquier participación en un complot para derrocar a Maduro. La administración de Biden está monitoreando de cerca la detención de un militar estadounidense en Venezuela, y ha expresado su preocupación por informes no confirmados sobre la captura de otros dos ciudadanos estadounidenses.

Por su parte, Francia y Alemania también han emitido advertencias a sus ciudadanos para que eviten viajar a Venezuela salvo por razones de fuerza mayor, luego de la detención de un checo y tres estadounidenses. Ambos países europeos han expresado su preocupación por las crecientes tensiones en el país y han exigido la liberación de todos los presos políticos y detenidos arbitrariamente.

Francia ha activado el plan de vigilancia “Vigipirata” y Alemania ha alertado a sus ciudadanos de mantenerse alejados de las fronteras con Colombia y Brasil debido a la creciente criminalidad.

La crisis diplomática entre Venezuela y España es solo una pieza en un tablero internacional cada vez más complejo. Mientras los arrestos y las acusaciones de conspiración continúan escalando, las relaciones entre Caracas y Madrid se ven más frágiles que nunca. Con la comunidad internacional alerta y con varias potencias europeas pidiendo la liberación de los detenidos, queda por ver si esta situación será el preludio de una ruptura total de relaciones o un nuevo capítulo en el juego de poder entre estos dos países.