El canciller colombiano Luis Gilberto Murillo no se anda con rodeos: la estabilidad en Venezuela es clave para que Colombia respire tranquila. Y no, no es una opción trabajar por separado.
Este sábado, Luis Gilberto Murillo, canciller colombiano, dejó las cosas claras: si Venezuela se tambalea, Colombia no puede darse el lujo de ignorarlo. Durante una reunión con los gobernadores de los departamentos que comparten frontera con el país vecino, Murillo soltó una de esas verdades incómodas que muchos prefieren evitar: “La paz en Colombia no puede entenderse sin la paz política en Venezuela.”
El mensaje de Murillo es directo: si Venezuela no estabiliza su casa, la fiesta tampoco puede continuar del lado colombiano. Según el canciller, la agenda binacional con Venezuela no es solo importante, es crucial. “Esto tiene que partir desde la integralidad de nuestra relación,” señaló. En otras palabras, nada de medias tintas, o trabajan juntos o todo se derrumba.
La frontera entre ambos países no es solo una línea divisoria, es una zona caliente donde los problemas sociales, económicos y de seguridad rebotan de un lado al otro. Y según Murillo, estos problemas trascienden gobiernos: “Las relaciones entre las dos naciones tienen una institucionalidad supranacional,” dijo. Es decir, el vaivén político no debería impactar lo que verdaderamente importa: la gente que vive en esa zona.
Sin duda, el mensaje del canciller refleja la urgencia de abordar los problemas de ambos países de forma coordinada, dejando atrás la retórica y las disputas, porque, en sus propias palabras, «la paz en Colombia no es solo un asunto local».