«Los gobiernos presentaron en Cali planes para proteger la naturaleza, pero fueron incapaces de movilizar el dinero para hacerlo realmente», dijo uno de los participantes.
La COP16 «terminó» este sábado 2 de noviembre en la ciudad colombiana de Cali tras más de diez horas de intrincadas negociaciones sobre la financiación de la hoja de ruta para salvar la naturaleza de aquí a 2030, según confirmó a la AFP la presidenta de la cumbre Susana Muhamad. «Se terminó (…) el gobierno colombiano hizo una gran movilización, el pueblo de Colombia puso todo, hubo un muy buen ambiente pero al final depende de las partes y del proceso de negociación», aseguró Muhamad, de rostro cansado.
Más temprano, la también ministra de Ambiente de Colombia había suspendido la conferencia por falta de quórum y los pocos delegados aún en la sala esperaban instrucciones. «Ahora tenemos que seguir adelante y trabajar con lo que tenemos», añadió. Según el portavoz David Ainsworth, la COP16 solo fue «suspendida» y se reanudará en una fecha aún por definir.
La misión de la COP16, dos años después del acuerdo de Kunming-Montreal en la COP15 celebrada en la ciudad canadiense, era potenciar los tímidos esfuerzos del mundo por aplicar esta hoja de ruta diseñada para salvar el planeta y los seres vivos de la deforestación, la sobreexplotación, el cambio climático y la contaminación, todos ellos causados por la actividad humana. Pero tras 12 días de negociaciones, la presidencia no logró que los países ricos, emergentes y en desarrollo dieran su brazo a torcer en los dos puntos más tensos: cuáles serán las reglas para monitorear la aplicación de esta hoja de ruta y cómo lograr el objetivo de aumentar hasta 200.000 millones de dólares anuales el gasto mundial para ponerla en marcha.
Aunque algunos observadores consideran el resultado un fracaso, la presidenta aplaudió dos decisiones alcanzadas a lo largo de la noche en vela en Cali: la aprobación de un fondo sobre beneficios derivados de datos genéticos de la naturaleza y la creación de un cuerpo para dar voz permanente a los indígenas.
«Los gobiernos presentaron en Cali planes para proteger la naturaleza, pero fueron incapaces de movilizar el dinero para hacerlo realmente», matizó por su parte An Lambrechts, jefe de la delegación de Greenpeace en la COP16.
Con el lema de «Paz con la naturaleza», Colombia celebró la cumbre de biodiversidad más concurrida de la historia, con 23.000 delegados inscritos y una «zona verde» festiva y abierta al público en el centro de la ciudad, que contrarrestó las discusiones a puerta cerrada. También mantuvo a raya a una guerrilla que amenazó la realización de la conferencia.
Con información de dw.com