Recortes de la OPEP beneficiarían a productores estadounidenses

El repunte en 50% de los precios del petróleo en los últimos doce meses ha generado una campaña mediática desde el gobierno de Venezuela, vendiendo la información como una victoria de la administración de Nicolás Maduro. Sin embargo, ni la OPEP, ni la Agencia Internacional de Energía (AIE), pueden dar fe sobre la exactitud de los recortes de producción en países petroleros, sino dar estimaciones.

Antes de que se llegara al acuerdo de los recortes, como previsión a la solicitud que han hecho países afectados por los actuales precios, los productores OPEP en noviembre de 2016 maximizaron la producción a 34,19 millones de barriles de petróleo (Mbpd). Irak estuvo ampliando su oferta, así como Nigeria y Libia, que no se incluyen en el pacto. Es decir, antes de ir al acuerdo, había mucho más petróleo en el mercado que el tope que mantiene el cartel establecido en 32,50 Mbdp. En octubre del año pasado había en el mercado 33,82 Mbdp.

La caída del precio del petróleo se viene registrando desde finales de 2014, como resultado del fin del programa de estímulo monetario de la Reserva Federal para rescatar los bancos quebrados en la crisis de 2008 y como efecto de la subida de producción de petróleo de esquistos en Estados Unidos, precisamente por los altos precios.

El cartel y países no OPEP, acordaron reducir para enero de 2017 la producción petrolera para apuntalar los precios en vista del éxito parcial de la “guerra de barriles” liderada por Arabia Saudita para hacer retroceder a los productores independientes norteamericanos. Si bien una proporción importante de productores de esquistos cerraron sus puertas por no verse en capacidad de dar cobertura a sus deudas, esas operaciones fueron absorbidas por compañías más grandes, las cuales han logrado bajar los costos de la operación del fracking hasta 16 y 30 dólares, según sea el caso.

La respuesta de la OPEP ha sido sacar del mercado 585 mil barriles diarios (mbd), para llegar a la meta de 32,5 Mbdp. A ello se sumaron países como Rusia, entre otros. El acuerdo es que se retire del mercado 558 mbd adicionales. Sin duda, esa estrategia hizo subir el precio del petróleo en los últimos meses de 2016, pero la realidad del mercado, es que los productores norteamericanos tienen más incentivos para aumentar su producción con la llegada de Donald Trump a la presidencia. Se espera que la nueva administración estadounidense de más facilidades a las exportaciones, en consecuencia a los nexos de las empresas energéticas con el magnate que ahora despacha desde la Casa Blanca.

Trump ha prometido desregular al sector en materia ambiental, por lo que los productores de esquistos han estado reactivando plataformas desde que el petróleo cotiza sobre los 50 dólares.

Los no convencionales vienen aumentando el bombeo. Por ejemplo, en el campo Bakken se pasó de unos 700 mbd a 1.000 mbd en el último año. Lo mismo ocurrió con el Eagle Ford, con 1,15 Mbdp, a 1,40 Mbdp. Los productores norteamericanos son los que realmente se están beneficiando del recorte de la OPEP, al permitírseles reactivar su bombeo, mientras en el caso de Venezuela específicamente, se debe retroceder en 95 mbd, en medio de una fuerte crisis de escasez de divisas, alimentos, medicamentos, inflación, recesión y desempleo.

Árabes perdiendo

Los líderes de la OPEP confían en que los norteamericanos no podrán superar o cubrir lo que el cartel y los no OPEP están dejando de bombear. El ministro de energía de Arabia Saudita, Kalhid Al Falih, aseguró que no les preocupa lo que ocurre con la leve recuperación en el mercado no convencional. Además, estimó que, en la medida en que haya más demanda, los productores independientes deben desplazarse a áreas más costosas y menos abundantes de esquistos, para lo que necesitarían precios más altos.

La “guerra de barriles” fue planteada en principio por Arabia Saudita y secundada por Rusia, entre 2015 y parte de 2016. Sin embargo, analistas del mercado energético estiman que ha sido una guerra perdida por los árabes, porque a pesar de que muchas empresas cerraron por la caída del precio petrolero, la producción no cayó y ahora, más bien, se recupera. Venezuela viene entregando concesiones petroleras a transnacionales para aumentar en al menos 475 mbd en pocos meses, lo que deja claro que el acuerdo de la OPEP no es del todo sólido.

Foto Archivo ENPaís