El exembajador y exviceministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Milos Alcalay, aseguró en entrevista para El Nuevo País que si el Gobierno no acepta la facilitación de la Organización de Estados Americanos (OEA), la crisis venezolana podría escalar al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Acerca de la falta de consenso en la reunión de cancilleres de la OEA y el tratamiento que se le dio al tema venezolano en la Asamblea General, Alcalay aseguró que más importante que aprobar una resolución es que el gobierno quede en evidencia que no tiene ninguna intención de dialogar.
¿Cuáles son sus conclusiones acerca de la reunión de cancilleres de la OEA?
Hace unos años era absolutamente impensable que la alternativa democrática pudiera inscribir el tema de Venezuela en la agenda de la OEA, era la época donde el ALBA estaba sumamente fortalecido, gobiernos como el de Lula o Dilma Rousseff en Brasil, los Kirchners en Argentina, sumado además Bolivia, Nicaragua y en cierta medida alguna tolerancia de El Salvador y Perú impedían que esto se pudiera llevar adelante.
Resulta que la situación cambió, no solamente por los errores y la represalia del Gobierno, sino también porque la geopolíticamente en América Latina ha cambiado. Era tan importante ese cambio que la excanciller Delcy Rodríguez amenazó con sacar a Venezuela de la OEA si se incluía en agenda la situación venezolana, tema que se incluyó.
A pesar de eso, el número ha ido creciendo. De 14 países que proponían una resolución muy firme en la primera reunión extraordinaria de cancilleres el 31 de mayo, se fueron sumando otros hasta el punto de que en la segunda reunión seis países del Caribe, el cual está resquebrajado, se sumaron para llegar a un total de 20.
¿Considera que la falta de resolución es un fracaso para el grupo de 14 países que aboga por una solución al conflicto venezolano?
Se dijo que esto fue un fracaso porque no se obtuvieron 23 votos, las dos terceras partes, pero el tema es que esto no es una carrera para ver si con 24, 25 o 26 votos se llevan una resolución, sino que es una fotografía de que el Gobierno Bolivariano quedó aislado.
Inclusive, de los países que votaron en contra de la resolución tan solo fueron 5 y los otros países que se abstuvieron de votar muestran el aislamiento creciente del Gobierno de Maduro.
Además de eso, hubo una torpe actitud de Venezuela, porque la canciller dijo que lo que se aprobara no iba a ser acatado por el Gobierno venezolano, cuando lo que se busca es encontrar mecanismos de solución pacífica y muestra el talante antidiálogo con lo cual el tema venezolano sigue presente.
Esto es toda una dinámica en la que la comunidad hemisférica internacional ven cada más y más el perfil de un gobierno que no está dispuesto a ceder nada y que sigue en una actitud de violación permanente de la democracia, los derechos humanos y la libertad.
O sea que el tema de Venezuela siguen en la agenda hemisférica y creo que con el tiempo ese número de 20 seguirá creciendo.
Ahí no se está buscando tomar parte de una u otra posición sino establecer los mecanismos que el derecho internacional público consagra, que es la búsqueda de una solución a la grave problemática que tiene el país.
No hay una diplomacia exprés, la diplomacia es el arte de lo posible y dentro de ese arte, el tema no es la fotografía del momento sino la del conjunto.
¿Qué ocurriría de no cumplirse con los mecanismos de solución pacífica?
El arte de la diplomacia es poder concertar posiciones entre las dos partes, pero si una de las partes no quiere concertar, no hay nada que hacer.
La comunidad internacional lo que hace es ofrecer los buenos oficios para que dos partes en conflicto puedan ponerse de acuerdo, porque no hay solución desde el exterior ni tampoco de un organismo internacional, eso es una decisión que tenemos que llevar adelante los venezolanos de gobierno y oposición.
La comunidad internacional lo que hace es ayudar, pero cuando hay una posición de rechazo a buscar soluciones pacíficas a la controversia, es poco lo que se puede hacer a nivel internacional sino los llamados y posiciones.
Lo cierto es que la comunidad internacional sabe muy bien lo que está pasando en Venezuela y no creo que una diplomacia de la mentira, confrontación o amenazas deje a largo, mediano y corto plazo muy bien a un gobierno que se debilita cada vez más en el ámbito internacional.
¿Venezuela fue tema principal de la Asamblea General de la OEA?
El solo hecho de que se reunieron todos los cancilleres del hemisferio para tratar el tema de Venezuela muestra la preocupación, pero si Venezuela sigue incumpliendo, se pasará de la preocupación a la indignación.
Me refiero a los insultos de la excanciller Rodríguez en contra de países, insultándolos a todos, llamándolos perritos del imperialismo, las destempladas acusaciones contra Costa Rica deja muy mal parada a la diplomacia bolivariana y eso a la larga es lo que ha aislado al Gobierno, ese es el primer punto.
El segundo punto, el tema de Venezuela no estaba en sí, la Asamblea General es el máximo organismo institucional en el cual hay una serie de puntos que tienen que ver con la vida de la OEA y esos temas se llevan como mucho tiempo, por eso la improvisación de una Canciller que dice «yo no creo en la OEA, me retiro, pero estudien estos 10 puntos». Por supuesto ninguno entró, porque Venezuela no es el ombligo del mundo y tú no puedes imponer una especie de pauta de lo que debe discutir el organismo en ausencia de uno de los países miembros.
Pero el tema de Venezuela si figuró dentro de la agenda de la Asamblea General, lo que quiere decir que el tema siguen preocupando a los países miembro de la OEA, que hay naciones del Caribe que expresan su solidaridad con Venezuela.
¿Cuál es su apreciación de que el Vaticano se pronunciara sobre la Constituyente en la Asamblea General de la OEA?
Eso muestra la importancia que la diplomacia le está asignando a la situación de Venezuela y sobretodo que la Santa Sede tiene un papel fundamental, debido a que Gobierno y oposición le han solicitado su buenos oficios para ayudarnos a encontrar una solución, de manera que ellos están vinculados intrínsecamente, no así Unasur.
Por otro lado, la reunión que tuvo el Papa Francisco con los representantes de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), por lo que si hay una institución que tiene muy claro el diagnostico de lo que estamos viviendo y que se ha pronunciado claramente en contra de la fraudulenta convocatoria de la Constituyente es la iglesia venezolana y esto ha tenido un impacto importante, debido a que la mención del Vaticano es muy significativa porque muestra igual que los gobiernos de la región que plantean su profunda preocupación por la manipulación de una Constituyente que va a copiar el modelo cubano o el fascista de Mussolini.
¿Con la salida de Ernesto Samper y una cantidad considerable de gobiernos críticos a Maduro, Unasur aún es favorable para el régimen venezolano?
Algunos países consideran que Unasur no obedece a los principios que Fernando Enrique Cardozo, expresidente de Brasil, había lanzado que es un proceso de integración de las telecomunicaciones, vías, subregiones Andina y Mercosur, sino que se ha convertido en una instancia muy al estilo ALBA, o sea muy ideologizado.
Entonces muchos países consideran necesario «invertir» para llevar a cabo un organismo que no está respondiendo institucionalmente como debería.
Hay otros que consideran que siendo los países críticos mayoría sería importante el tratar de cambiar, por supuesto que hay dos países que son Bolivia y Nicaragua, y en alguna forma Ecuador porque el nuevo presidente, Lenin Moreno, se ha distanciado y no ha llevado una línea tan incondicional como la de Rafael Correa.
Yo coincido con la tesis de que teniendo una amplísima mayoría de gobiernos que han visto todo el desastre del socialismo del siglo 21 en sus respectivos países podría jugar un papel, pero en este momento el secretariado es el mismo que dejó Samper, los funcionarios que están ahí son los mismos y pensar que Unasur pueda interceder, este organismo no tiene los mecanismos que tiene la OEA que es el único organismo hemisférico que tiene en su carta y funcionamiento la posibilidad de intervenir en el tema de búsqueda de soluciones.
¿Qué sucedería si Venezuela abandona la OEA?
Si sigue Venezuela rechazando los mecanismos de solución, quizás la otra alternativa sería el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que ya ha tratado el tema de Venezuela, a puerta cerrada y de manera informal, pero nada obstaculiza que, si siguen los conflictos en Venezuela, tengan que pasar de la dimensión hemisférica a la ONU, tal como cuando Venezuela se salió de la Convención Interamericana de Derechos Humanos.
¿Si el tema de Venezuela se discute en el Consejo de Seguridad, Rusia y China no serían un bloqueo?
Puede ser, pero todo depende de cómo se perfile la situación. No creo que haya una incondicionalidad de China y Rusia, ciertamente han tenido unos vínculos con Venezuela, pero los primeros viajes de los actuales presidentes de Argentina, Brasil, Perú fueron a China y cambiaron los gobernantes que creían que tenían una relación estratégica con China y ellos recibieron a los nuevos gobernantes.
En el caso de Rusia, Vladimir Putin recibió esta semana al presidente brasileño Michel Temer que es atacado por el partido de Lula y sin embargo Putin lo recibe.
No hay una inconcionalidad estratégica de China y Rusia y en la reunión del Consejo de Seguridad sobre Venezuela, ninguno de esos dos países se opusieron a que se tocará el tema y eso puede mostrar que hay una intención de esos países en la búsqueda de una solución pacífica, lo importante es elevar esto con los criterios del derecho internacional público, prevención de conflicto y cumplir con la carta de la OEA y la ONU.
Si el Gobierno vuelve con esa desastrosa política en el ámbito de la ONU de decidir no hacer caso a lo que diga el Consejo de Seguridad, bueno no es una diplomacia inteligente sino de conflicto.
Foto Archivo ENPaísZeta