Braide Prescott, un niño de siete años que murió a consecuencias de una neuroblastoma, un tipo de cáncer muy extraño, el cual le fue diagnosticado cuando tan solo tenía dos años y que los médicos advirtieron que acabaría con la vida del pequeño.
Sus últimos minutos de vida se inmortalizaron con una fotografía, sus padres, Wayne y Steph Prescott, relataron que cuando el mismo Braiden quien alcanzó a decir a su madre: «Una foto, ahora» cuando estaba en los brazos de su padre quien intentaba aguantar el dolor que tenía. Luego, falleció.
En horas de la madrugada, mientras Steph estaba durmiendo al lado del pequeño de siete años en su residencia de Ince, Manchester, se preocupó al escuchar que Braiden estaba ahogándose. «Sentí que el final estaba cerca. Desperté a Wayne. Se suponía que debía sostenerlo, pero no pude, entonces lo sentó sobre sus rodillas. Wayne lo abrazó mientras yo estaba sentada a su lado sosteniéndole la mano«, contó la madre.
El último deseo de Braiden fue insólito, debido a que los malestares que tenía en la mandíbula a causa de los tumores, no le permitían hablar desde hace varios días. Es por ello que cuando dijo aquellas palabras durante la noche de septiembre de 2016, sus padres se sorprendieron. Steph agarró su celular y tomó la fotografía.
La instantánea que la familia decidió publicar ahora se ha viralizado durante las últimas horas, la cual refleja minutos después de su muerte.
Foto Infobae