El expresidente del Gobierno español, Felipe González, se pronunció en relación a algunos aspectos de la crisis de Venezuela. «Me preocupa Venezuela porque estamos a un mes de que haya un paso decisivo».
González explica que el Gobierno de Maduro ha decidido abrir un proceso constituyente «en contra de la Constitución, es decir, sin cumplir la legalidad». Esto se traduce en el desalojo de la Asamblea elegida por sufragio universal para sustituirla por una constituyente que no ha pasado por el voto universal, por lo que le preocupa que se convierta en una «dictadura comunista». «Es la liquidación de un régimen de libertades», añade.
En cuanto a las manifestaciones que han supuesto la vida de 90 venezolanos, la preocupación de González es evidente. Para el expresidente del Gobierno español, existe una esperanza de que la comunidad latinoamericana exija que se mantengan las libertades, «que pidan que se mantenga la Constitución y que se cumpla para que la Asamblea tenga los poderes que le corresponden».
No obstante, ante las relaciones con Venezuela, Felipe admite que nunca entabló una conversación con Zapatero al respecto y que desconoce si el Gobierno tiene un proyecto en relación con el «deterioro dramático» de Venezuela. No obstante, pide que, debido a la libertad con la que cuenta Zapatero para aterrizar en Caracas, debe intervenir para tratar el tema del encarcelamiento de Leopoldo López.
De este modo, González ha querido lanzar una petición, que es la de no convertir «a los presos políticos como mercancías». Defiende que «nadie puede pedir a cualquier líder político cambiarle un derecho, que es el de ser libre, por una petición de pacificación de la calle». «Ellos están luchando por algo que probablemente se lucha cuando se pierde. Quieren ser libres, quieren votar, quieren que su país los pueda alimentar».
Aunque González admite que Maduro «lo satanizó» por defender a su opositor, Felipe admite que recibió una invitación por parte del venezolano para visitar el país, a lo que el expresidente del Gobierno español no puso inconveniente. Sin embargo, antes de aceptar su invitación, González envió una hoja de ruta sobre los temas que desearía tratar en Venezuela, los cuales Maduro decidió omitir. «No me gustan los golpes de Estado. Prefiero una salida democrática y civil», añade el español y colombiano.
«Es la última oportunidad que tiene de prestar un servicio a su país. Todo lo que ha hecho hasta ahora es destruirlo», explica González sobre Maduro y la actualidad venezolana.
Foto EFE