Los seres humano suelen quejarse muy a menudo, como un acto de frustración o decepción por determinados hechos que ocurren, sin embargo, la ciencia asegura que hacerlo afecta la salud mental de la persona.
Quejarse afecta al cerebro y tiene graves repercusiones negativas para la salud mental, según el escritor y estudiante de la naturaleza humana Steven Parton. Ya sabemos que el cerebro realiza constantemente una gran cantidad de sinapsis. En el cerebro, las neuronas se encuentran separadas por un espacio vacío denominado hendidura sináptica. Cada vez que tenemos una idea, un pensamiento, una sinapsis dispara un químico a través de esta hendidura, creando un puente por el que cruzará una señal eléctrica.
Parton asegura que quejarse podría matarnos, debido a que produce fuertes repercusiones negativas en la salud mental del ser humano. »Cada vez que se activa esta carga eléctrica, las sinapsis se agrupan para disminuir la distancia que esta carga eléctrica tiene que cruzar, el cerebro cambia sus propios circuitos, para hacer más fácil y más probable el desencadenamiento del pensamiento», aclara Parton para el portal web Entorno Inteligente.
Tener pensamientos negativos de manera recurrente condiciona al cerebro a ser pesimista y atraer más cosas negativas. Si las personas tienen frecuentemente ideas negativas es probable que estas sustituyan a las positivas durante el proceso químico, sinapsis mediante el cual se desarrolla un pensamiento. También, el padecer constantemente de estrés también condiciona a pensar negativo, provoca la liberación de la hormona cortisol en altos niveles para influir en el aprendizaje y la memoria.
La empatía es un buen recurso para alejar esa energía negativa de nuestro cerebro, pues cuando observamos a alguna persona experimentando alegría, nuestro cerebro prueba esa misma emoción intentando realizar esas mismas sinapsis. Así que rodearnos de personas felices y alegres puede fortalecer nuestra postitividad y debilitar lo negativo.
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