Ni falso positivo ni estrategia del G2 cubano. La toma del Fuerte Paramacay en Valencia no solo dejó en evidencia la vulnerabilidad de la Fuerza Armada Nacional (FAN), sino también la profunda crisis que atraviesa y cómo ese descontento se manifiesta.
Para el general retirado, Antonio Rivero, consultado por Zeta, este descontento de las fuerzas militares del régimen de Nicolás Maduro obedece a la destrucción del país, del cual no escapa la familia militar, específicamente los cuadros más bajos.
De acuerdo a Rivero, a esta crisis se le suman generales y oficiales, que aunque no se pronuncien de manera abierta, dan su apoyo a eventos como el ocurrido en la 41 brigada blindada de Naguanagua.
«Esto no se hace de manera aislada. Las detenciones de tenientes, pronunciamientos de tenientes, si ponemos todos estos elementos de militares activos, de cuadros medios y bajos, entonces podremos decir que debe quedar una institucionalidad, unos principios y unos valores, y por supuesto que no son ajenos al pueblo, a la necesidad, a la crisis que están viviendo los venezolanos. Hay una crisis militar, la situación social afecta a la FAN, la inseguridad, la alimentación, la salud, el alto índice delictivo del cual no escapan», – expone el militar retirado, actualmente en el exilio.
Por su parte, la periodista Sebastiana Barráez, experta en la fuente militar, también consultada por Zeta, indica que el impacto que causó la toma del Fuerte Paramacay en la FAN tuvo consecuencias en la respuesta tardía que dio el régimen a lo ocurrido.
«El pronunciamiento de Chourio fue parte de esa descoordinación, de esa sorpresa que mostró la FAN ante el ataque del Fuerte, porque las operaciones de tipo militar están a cargo del comando estratégico operacional y en efecto de las Zodi y las Redi. Realmente no era él quien tenía que salir y hacer el pronunciamiento de este tipo, pero entendiendo que había mucho nerviosismo, tanto del gobierno como de la FAN que ante la inseguridad de no saber quiénes eran o si había un alzamiento de tipo militar, recurrieron a Chourio como comandante general del Ejército para hablar de este movimiento», expone Barráez.
Sebastiana Barráez coincide con Rivero en que la FAN atraviesa un serio problema interno, viéndose impactada «de manera brutal por el discurso ideológico, político-partidista que ha fracturado parte importante de la disciplina y esto ha creado una FAN que presenta problemas internos, que necesita poder para reinventarse, replantear su propio funcionamiento y el propio cumplimiento que le exige la Constitución».
Régimen consciente
Rivero sostiene que el régimen de Maduro, si bien está consciente de esta crisis dentro de la FAN, no se permitirá jamás reconocerla. Al madurismo se le resulta imposible mostrarle al mundo y explicar este comportamiento que refleja debilidad.
«Nunca van a reconocer el descontento, pueden reconocer algunos detalles y van a lanzarle la culpabilidad tanto al sector político como a militares retirados, como a los EEUU, como ya han señalado. Nunca van a reconocer, pues ya vimos al general Chourio desconocer lo que había pasado y minimizar al máximo lo que ocurrió. Cualquier expresión está solapada por la mentira, por el engaño, por el manejo. Es un gobierno de falacia, de mentiras y de engaños», resalta Rivero.
Y aunque ese engaño no pueda ocultar un secreto a voces, que solo revela las condiciones de la FAN y la debilidad que hay para ello, el general retirado señala que a Maduro y su gabinete todavía les queda control.
«Al día de hoy vemos que no ha ocurrido más nada, se entiende entonces que siguen cumpliendo sus órdenes (…) los hombres que se paran detrás de Chourio el día domingo son hombres a los que se les ordena y quien se niegue, por supuesto va preso, o lo dan de baja o lo golpean y eso es indudable, pero surgen estas situaciones y pueden surgir otras más, no será la primera ni será la última, no es que estoy denunciando o delatando, sino que es una consecuencia, este descontento del pueblo va a determinar situaciones como estas», agrega.
¿Funciona la contrainteligencia?
Para Barráez, lo ocurrido en la 41 brigada blindada demuestra que no funciona a la perfección este sistema de contrainteligencia militar, con la que está obsesionado el madurismo.
La periodista resalta que la situación interna de la FAN ha llegado a tal nivel, que es imposible que algún organismo de inteligencia pueda ser tan efectivo como para evitar estos hechos. «La FAN en los últimos meses, una vez que el presidente anunció la ANC, ha venido atravesando hechos que evidencian la molestia y la inconformidad en relación a esta Constituyente. El presidente en lugar de oír esas alertas, ha destituido a casi todo el Alto Mando Militar y a los jefes de las Redi y las Zodi, y lo que causó con eso fue crear más incertidumbre en el interior de la FAN y más tensión. La evidencia de eso es el asalto al Fuerte Paramacay que tuvo sin duda alguna complicidad interna», sentenció.
Además, el mensaje que dejó el ataque del Fuerte Paramacay es que este grupo cuenta con la capacidad de ingresar a una unidad blindada. «Si ellos hubiesen querido solo sacar las armas, hubiesen tomado otros cuarteles, lo que se demuestra, es que el grupo trató de enviar un mensaje y demostrar que tenían la capacidad de entrar a una unidad blindada, que tienen el armamento justo», dijo.
De esta forma, no descarta próximos eventos que pudieran traducirse en impactos más fuertes, pues considera que quedó demostrado que ese grupo y esa fuerza «está bien tomada».
Sin desprestigio ni condena
Rivero asegura que estos hechos que han ocurrido y que pueden sobrevenir, no deben ser condenados ni nacional ni internacionalmente, y es por ello que llama a no desmeritar «lo que hacen estos hombres, que asumen el sacrificio, que asumen una responsabilidad, un compromiso, que dan la cara ante el país».
Rivero considera que el uso de la fuerza está presente y que aunque ninguna acción militar deja de ser de sublevación, siempre puede estar ajustada al derecho a la rebelión, que a su juicio, se inscribe «en el deber de rescatar el hilo constitucional, que está roto desde hace años en el país».
Tras cuatro meses de protestas ciudadanas, en un conflicto sociopolítico que no parece llegar a su fin, el general de brigada (r) insiste en la acción de fuerza como un recurso.
«La guerra es la continuación de política por otros medios, cuando la política no puede resolver por la vía democrática o por la vía electoral, por la vía del diálogo o la negociación, lamentablemente la acción de fuerza es un recurso. En este momento, el régimen o la dictadura sostiene una guerra contra los civiles, sostiene una guerra contra el pueblo, contra la conciencia, contra la libertad de expresión y esa guerra, este pueblo, este pensamiento de libertad y de bienestar tiene que levantarse de alguna manera y como no se ha podido lograr por la vía política y tradicional, tendrá que optarse por una actuación de fuerza, con el pueblo en la calle mayoritaria y permanentemente, con una debida conducción, que además cuente con el respaldo del sector militar, institucional y ético», expresó el general Rivero.