La solidaridad que los venezolanos han encontrado en cada rincón del mundo, no tiene precedentes. Eva María Sánchez es una española muy venezolana, que desde su España natal no hace sino defender la democracia, la libertad y los Derechos Humanos de los venezolanos, como si de los propios se tratara. En esta oportunidad, nos ha compartido su visión sobre la actual situación de nuestro país y las elecciones regionales. A continuación, su misiva al mundo entero:
«Pido a los demócratas de Venezuela que no se rindan, que no abandonen la lucha, que sigan adelante. Maduro tiene balas y fuerza bruta, pero no tiene nada más. No tiene legitimidad, no tiene decencia y no tiene razón. No dejaremos de señalarlo como un dictador criminal, como un tirano que somete a su pueblo, que gobierna contra su pueblo. Los diputados de la Asamblea Nacional son los representantes legítimos de los ciudadanos, y no esta Asamblea Constituyente y fraudulenta». Estas son palabras dirigidas por un venezolano a sus compatriotas a las puertas de una manipulada asamblea constituyente que Maduro y sus amigos de la narco dictadura se han inventado.
Hay una Venezuela democrática y libre que es mayoritaria y que terminará prevaleciendo. La Plataforma Ayuda Venezuela -de la que soy miembro- ha conocido la decisión de los partidos venezolanos Vente Venezuela y Alianza al Bravo Pueblo, que no concurrirán a los comicios regionales, no postularán candidatos, porque consideran que el 16-J, la decisión mayoritaria del pueblo venezolano fue rechazar esa Asamblea Constituyente y seguir luchando por la libertad y la democracia, y asistir a las regionales significaría convalidar y legitimar al CNE, que ha sido denunciado por su propio proveedor tecnológico (Smarmatic) al alterar datos de los resultados y cometer fraude. Estos partidos sostienen que la lucha de estos cuatro meses y las muertes de más de 120 personas no es por elecciones, ni cohabitación con el régimen, sino por la Libertad. Así lo confirma la reacción del pueblo a la decisión del resto de la oposición que ha dicho que sí concurriría a las eventuales elecciones regionales que se han anunciado, sin fecha. Esto ha generado malestar y frustración en gran parte de la población, sintiendo que no se acata y respeta lo demostrado el 16-J en todos los rincones del mundo.
La situación en Venezuela no tiene precedentes. En todos los sentidos sufre una gran enfermedad degenerativa que afecta a todo el país y sus habitantes a nivel económico, social, político y que además está cargada de atentados a los derechos humanos. Esto último son eso, crímenes que no prescriben.
Esta situación en Venezuela hace que todo sea difícil y confuso. El otro día conocíamos de la toma de la Brigada Blindada 41 (unas horas antes estos se habían declarado en rebeldía) en Naguanagua, estado Carabobo, por un grupo que se auto denomina de resistencia. En la llamada Operación David se generaron escaramuzas y después del enfrentamiento se contaron varios militares heridos y un civil muerto que estaba fuera de la Brigada, junto a la población.
La inflación es galopante y la escasez de alimentos y medicinas cada vez peor. En agosto de 2016 el billete de más alta denominación en Venezuela era de 100 bolívares y un café en taza costaba 450 bolívares. Hoy, un año después, el billete de más alta denominación es de 20.000 bolívares y el mismo café cuesta 2.700 bolívares. El salario mínimo, lo que efectivamente puede disponer libremente un trabajador, es 97 mil bolívares y una caja de Cozaar para la hipertensión, si se consigue, cuesta 50 mil bolívares, un kilo de carne 20 mil bolívares y uno de arroz 17.500. Un combo en McDonald s 18 mil. ¿Cómo hace un trabajador humilde, como son la gran mayoría de ciudadanos, para vivir? Solo se explica al ver la cantidad de peso que ha perdido la gente. Al ver cuán holgada le queda la ropa.
Se está generando un éxodo silencioso, sobre todo de jóvenes, por las fronteras con Colombia y Brasil. En Venezuela, el día a día se ha convertido en una trampa que dura 24 horas todas las semanas. Les pongo un ejemplo: si alguien sale a la calle de su casa o de trabajar, debe revisar su teléfono móvil y borrar todos los chats e informaciones, memes, mails que haya en el teléfono: fotos, cadenas, etc. Pues hay, en cualquier avenida o calle, militares, policías que te piden el teléfono y revisan lo que tengas en él. Si encuentran algo en contra del régimen o que ellos lo consideran así, esa persona puede ser detenida o pasar un mal rato.
La suya es una lucha existencial, ética y épica que debe darse todos los días, en todos los lugares y ante todas las instancias. Saben y luchan por su destino que es la LIBERTAD y están comprometidos. Tristemente, Venezuela a devenido de país tropical lleno de luz y alegría, a un territorio triste donde solo se vive el miedo.
A mí solo me resta decir: «Gloria al bravo pueblo».