La tensión entre el gobierno estadounidense y el régimen madurista ha incrementado drásticamente en las últimas semanas, ya que declaraciones de líderes de ambos países han demostrado una preocupante discrepancia entre los sistemas políticos que rigen estas naciones y sus relaciones exteriores.
De hecho, durante su gira por Latinoamérica esta semana, el Vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, aseguró que su gobierno «va a usar toda su fuerza económica y diplomática hasta que se restaure la democracia en Venezuela».
Pero, ¿es viable una intervención estadounidense como medio para solventar la crisis institucional que atraviesa Venezuela y restaurar el sistema democrático?
Zeta conversó en exclusiva con el reconocido periodista y analista político, Oscar Haza, radicado en Miami, quien proporcionó un análisis detallado sobre las relaciones actuales entre Venezuela y Estados Unidos, así como las potenciales consecuencias de la fragilidad de las mismas.
«Las declaraciones de Mike Pence están enmarcadas dentro de lo que es la coherencia no de la política de Donald Trump, ni de esta administración, sino la política de Estado de los norteamericanos», comentó Haza.
«Esa ilusión de la dirigencia (oficialista) venezolana de creerse que pueden hacer una revolución jugando con el otro equipo es su gran error histórico y va a traer consecuencias».
Haza cree que la fórmula con la que el madurismo ha continuado la implementación del denominado ‘Socialismo del Siglo XXI’, iniciado por Hugo Chávez durante su gobierno, ha perjudicado irreparablemente las relaciones diplomáticas del país tropical, que por mucho tiempo basó su fuerza como nación en sus aliados petroleros – cuando el petróleo tenía un valor mucho mas alto que el actual.
«A medida que se deteriora la situación, podemos ver las consecuencias hoy de un gobierno, de una continuidad chavista, que ha ido a pelear al barrio contrario, un barrio que no es el de ellos», explicó Haza. «Las consecuencias son las que estamos viendo en este momento: una posición de Estados Unidos que no va a permitir una mayor injerencia, como ocurrió con Cuba en la Guerra Fría».
Sin embargo, Haza asegura que las comparaciones comunes que ocurren entre la dictadura cubana, iniciada por el fallecido Fidel Castro, y el régimen que se ha desarrollado en Venezuela desde hace más de 18 años, carecen de validez.
«Los que comparan esto al proceso cubano están equivocados. Venezuela no es Cuba, ni en la perspectiva histórica, ni en el marco que le ha tocado vivir», añadió Haza. «Son épocas diferentes, son sociedades diferentes, son procesos sociales diferentes y procesos políticos diferentes».
Haza, además, explica que las medidas económicas que ya han empezado a implementarse en contra de varios dirigentes del madurismo, se relacionan directamente a la severa oposición contra el narcotráfico que caracteriza la política estadounidense, ya que el gobierno venezolano ha sido ligado duramente con carteles de narcotráfico en la región.
Además, Haza explica que las diferencias entre ambas naciones del continente americano no es una cuestión ideológica; no es un problema de «izquierda y derecha». Es un problema mucho más profundo, causado en parte por la introducción de variables «que no se conocían antes en el hemisferio», como el terrorismo internacional.
«Sin que se produzca necesariamente una invasión como la de 1989, sí va a haber criminalización como ocurrió con Noriega», agregó Haza. «Son crímenes que no prescriben: la violación de los derechos humanos, el narcotráfico, el terrorismo – tres cosas con la que Estados Unidos no transige».
El periodista comentó también sobre los recientes informes de inteligencia estadounidense, donde se menciona que uno de los funcionarios más altos del madurismo, Diosdado Cabello, podría haber ordenado el asesinato del Senador Republicano Marco Rubio, quien ha expresado públicamente su rechazo al régimen venezolano actual e incluso llamó «líder narco» a Cabello a través de su cuenta de Twitter el pasado 6 de agosto.
«Que en Estados Unidos, bajo el sistema judicial de derecho consuetudinario, se acuse a alguien de conspiración es algo terrible», dijo Haza. «Haya Diosdado dado la orden o no, haya él hecho un comentario o no, el hecho de que aparezca su nombre en un expediente de esas proporciones y de esa profundidad, prácticamente lo condena. Si yo fuera Diosdado Cabello, no me subiera ni en un elevador; nada que se despegara de la tierra».
En cuanto al papel que juega la oposición venezolana en todo esto, Haza enfatiza la importancia de unirse aún más como partido. El periodista asegura que, de acuerdo a fuentes internas de la administración estadounidense actual, existe la «convicción de que los dirigentes opositores venezolanos no tienen un norte, no tienen una estrategia común definida», complicando así cualquier posible alianza con la administración de Trump y Pence.