Propósito castrista se afianza

En Venezuela hay 60 mil agentes cubanos. El Gobierno gasta más en propaganda que en comida. Crece lista represiva.

Más allá de lo que piensen, digan y hagan los diferentes sectores de oposición, los disidentes chavistas y la comunidad internacional, en Venezuela el proyecto cubano avanza.

Durante más de 18 años, los representantes del proyecto cubano han ido imponiendo en Venezuela, con algunas variables, lo que en Cuba se instaló desde 1959, es decir desde hace 58 años, y todavía se mantiene, pese al embargo norteamericano declarado por John F. Kennedy en 1962.

La imposición de la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente (ANC), la represión brutal contra quienes protestan y la huida hacia el exterior de quienes buscaban ser magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de varios alcaldes  que fueron destituidos y condenados a cárcel, así como varios militares, la Fiscal General Luisa Ortega Díaz y el diputado Germán Ferrer, su esposo, son hechos que reproducen cómo Fidel Castro fue despejando a Cuba de todo aquello que obstaculizara el establecimiento de la tan cacareada «revolución cubana».

La siguiente etapa del proyecto cubano en Venezuela es expropiar los bienes de los que huyen al exterior. La propuesta está en la mesa de debates de la ANC: todo inmueble que no sea habitado por sus propietarios, será expropiado. Eso incluye que locales comerciales que estén cerrados o abandonados, pasarán a formar parte de las miles de empresas expropiadas por el Socialismo del siglo XXI, un proyecto conocido en todo el mundo porque puso a pasar hambre al país con las mayores reservas de petróleo y fundador de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP).

En teoría, los diputados de la Asamblea Nacional (AN) pueden seguir jugando a la guerra verbal con el  grupo procubano, pero con la voz cada día más débil porque la cúpula gobernante acapara casi las 24 horas de cada día en los medios radioeléctricos, los que llegan a las mayorías, con sus cadenas de radio y televisión, decenas de cuñas obligatorias sobre sus planes y un noticiero obligatorio que también va en cadena de radio y televisión cuando las plantas, todavía con cierta autonomía, pretenden difundir sus propios programas de noticias. Eso se evidenció al máximo el martes pasado cuando el presidente Nicolás Maduro convocó a una conferencia de prensa a los diplomáticos y a los medios internacionales con la promesa de hacer importantes anuncios, pero pasaron varias horas destinadas especialmente a convencer a los presentes de que lo que dicen medios independientes de todo el mundo sobre su gobierno, son mentiras e inventos preparados por el imperio norteamericano.

La ANC y el igualmente cuestionado TSJ asumieron, en la práctica, las funciones legislativas de la AN elegida por más de 14 millones de electores en diciembre de 2015. A pesar de todas esas evidencias, la oposición luce fragmentada y hay grupos que hacen el juego a todas las estrategias del proyecto cubano y se obstinan en mantener esa fragmentación y llegó la hora de preguntarse si lo hacen por ceguera ideológica, por intereses particulares, o por nexos crematísticos con el régimen.

Cubanos en Venezuela

El economista Diego Arria, quien fue diputado, ministro de Información, gobernador de Caracas, presidente del Consejo de Seguridad de la ONU y candidato presidencial, publicó el pasado domingo un artículo en El País de Madrid, en el que asegura que Cuba tiene actualmente en Venezuela 60 mil efectivos, algunos de ellos médicos y entrenadores deportivos, pero todos agentes de inteligencia y seguridad.

Agregó que ese contingente es complementado por oficiales militares que dirigen la represión y tortura de disidentes, y que tutelan la fuerza armada venezolana al igual que los servicios policiales, de identificación, de inteligencia y de registros.

Arria enfatizó que semejante realidad representa la mayor ocupación extranjera en toda nuestra historia, convirtiendo a Venezuela en su colonia, a la que le exprime diariamente 100 mil barriles de petróleo. Sin duda, la más exitosa iniciativa del llamado «internacionalismo cubano», lograda sin disparar un solo tiro, gracias a Hugo Chávez, que les entregó nuestro país, en el mayor acto de traición a la patria.

Más propaganda que comida

Para el proyecto cubano es más importante la propaganda que la comida para el pueblo en nombre del cual dicen gobernar.

En propaganda gastan millones de dólares, mientras dicen no tener suficientes para adquirir la comida en el exterior porque con la guerra económica contra las empresas que producían comida en Venezuela han desatado escasez e inflación y siguen empeñados en mantener los errores que han causado la grave crisis en Venezuela.

Ricardo Cusanno, primer vicepresidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), aseguró el pasado viernes que debido a los controles establecidos por el Gobierno, en los últimos 18 años se han perdido más de 300 mil empresas.

Este gobierno no solo derrocha recursos en la propaganda interna, sino que en Estados Unidos, el imperio que dicen odiar, Citgo Petroleum, filial de Pdvsa, ha gastado en cabildeo durante el gobierno de Nicolás Maduro 8 millones 610 mil dólares, es decir 29,47% de los 29 millones 210 mil 123,60 dólares que Venezuela ha gastado en los últimos 18 años para esos fines, solo en territorio norteamericano, según revelaron esta semana medios de Miami que citan informes del congreso estadounidense. El martes ante representantes diplomáticos, el presidente Maduro se jactó de que Citgo ayuda a los pobres de Estados Unidos con combustible para su calefacción.

La justificación es que los recursos del Socialismo del siglo XXI dependen del petróleo que compra y paga puntualmente Estados Unidos a Venezuela, unos 701 mil barriles de petróleo diariamente.

Crece lista represiva

Después de todo lo dicho por la Fiscal Luisa Ortega Díaz esta semana en Brasil sobre la inclusión de funcionarios venezolanos en los pagos ilegales de la constructora Odebrecht, la situación de los 64 fiscales del Ministerio Público que se ocupaban de esa investigación se complicó.

La Fiscal reiteró que la documentación en su poder apunta al presidente Nicolás Maduro y sus más cercanos colaboradores.

Desde el pasado 5 de agosto cuando la ANC defenestró a la Fiscal General, comenzó la persecución contra esos funcionarios. La misma Ortega Díaz reveló en Colombia que varios de ellos fueron desalojados violentamente de sus oficinas y les prohibieron la salida del país, saltando todas las normas procesales. Se cree  que ante la inseguridad y la persecución, es posible que también huyan del país.

Colombia y Brasil han ofrecido asilo político a la Fiscal y a su esposo, el diputado Germán Ferrer. Otros advierten que en vista de que el gobierno de Nicolás Maduro no cumple con los organismos internacionales, es probable que Interpol no admita sus exigencias de detener a la Fiscal donde sea.

La lista represiva del gobierno venezolano incluye a todo aquel que se atreva a mostrar su desacuerdo con la manera cómo estos gobernantes llevan el país. El director de la Filarmónica de Los Ángeles, Gustavo Dudamel, no fue la excepción. Después de rechazar la violencia y la represión durante las protestas contra Maduro, que en poco más de cuatro meses dejaron unos 125 muertos, el gobierno lo privó de su sueño con la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela. El presidente Maduro ordenó suspender la gira de esa agrupación por los Estados Unidos prevista para septiembre.