Los billetes de 20 mil bolívares todavía no han llegado a manos de muchos venezolanos y ya valen menos que un dólar, debido a la crisis económica y a la de dinero efectivo que no cubre ni siquiera el pago de las pensiones de vejez.
Ante la incertidumbre que recorre a todo el país debido a los efectos que genera el inusual fenómeno de la escasez de billetes o dinero efectivo, los remedios ofrecidos por Nicolás Maduro amenazan distorsionar todavía más la economía.
El gobierno ha estado aumentando a una enorme velocidad la liquidez monetaria y a principio de semana, la administración Maduro, en las voces de los ministros Ramón Lobo y Néstor Reverol, hacían anuncios que se pueden calificar de nuevas medidas draconianas en la búsqueda de enderezar el rumbo de la distorsionada economía nacional, con decisiones que finalmente no parecen arrojar solución alguna y con toda probabilidad terminarán de hacer todavía más engorroso el desempeño económico de Venezuela, profundizando la crisis, haciendo que la inflación sea mucho más acelerada, la recesión más profunda y por supuesto, que el dinero efectivo, termine desaparecido totalmente.
Lo anterior son los resultados posibles de prever basándose en las decisiones que se hicieron con las panaderías, que si bien en muchas la medida terminó con el pan desaparecido para siempre, las que sobrevivieron ahora tienen precios inalcanzables para el común.
No hay efectivo
Como se ha explicado en anteriores entregas, la falta de efectivo tiene muchos factores. La inflación es el principal componente. Mientras los precios avanzan indeteniblemente, la emisión de dinero no es suficiente y ya la administración Maduro no puede costear más impresión de dinero sin incurrir en gigantescas pérdidas. El nuevo cono monetario no tendrá mucha vigencia, puesto que el billete más grande de esta nueva y multibillonaria emisión, ya ha quedado reducido a costar un dólar apenas, si se compara con el precio de la divisas según lo cotizan en los mercados no autorizados, es decir el billete de 20 mil bolívares, antes de que incluso llegue por primera vez a las manos de muchos venezolanos, ya ha perdido gran parte de su valor.
La inflación que se estima sobre 800% para este año, triplica todavía la emisión de dinero, que ronda 380% en el año y ello implica una caída de liquidez en términos reales. El Ejecutivo, si continúa imprimiendo y emitiendo dinero para dar cobertura a sus gastos, seguirá atizando el incendio de precios que se ha desatado por toda Venezuela y cada vez le alcanzará menos, así triplique la cantidad de dinero circulante.
El problema se vuelve más complicado porque la mayor parte de la emisión de dinero, para cubrir pérdidas de Pdvsa y el déficit estatal, se hace electrónicamente, es decir mediante depósitos virtuales en los bancos, garantizados por el Banco Central de Venezuela (BCV) en forma de deuda.
Las dificultades están dadas en que imprimir un billete, como el que usa el cono monetario venezolano, cuesta alrededor de 0,65 dólares, lo que al cambio a precio del dólar paralelo implica el precio de imprimir un billete en 13.650 bolívares, esto quiere decir que los de denominación de 10.000 bolívares o menos, ya son billetes que están subvaluados, cuestan más hacerlos, que lo que pueden comprar en Venezuela y ello implica gigantescas pérdidas para el Estado.
La inflación supone ajuste de precios, de sueldos y salarios que el mismo Ejecutivo impulsa: se ha aumentado toda la estructura de costos de todas las operaciones en el país y el transporte de dinero efectivo en camiones no es la excepción, los costos de seguros y de transporte de valores, son más altos, que lo que en bolívares transporta un camión blindado en sus bóvedas, debido a que los billetes, por su denominación han sido “fulminados” por la inflación. Esto mismo tiene incidencia en las operaciones por cajeros automáticos, cuyos costos de mantenimiento son elevados y las comisiones que dejan para operar por tal vía son muy bajas, además de la poca capacidad de emitir dinero en grandes cantidades. Por ejemplo, una simple galleta cuesta 5 mil bolívares, los cajeros electrónicos están programados sólo para surtir 10 mil bolívares, ya que no tienen más capacidad para mayores retiros, puesto que una o dos personas podrían vaciarlos en sólo dos o tres operaciones, mucho más si se trata de billetes de 100 bolívares.
Las taquillas en los bancos no pueden pagar en efectivo más de 20 mil bolívares, lo que ha afectado incluso el cobro de las pensiones por parte de los jubilados, quienes deben ir hasta cinco veces al banco en la semana para lograr sacar todo el valor de su pensión, que igualmente la inflación les ha devorado ya. Los bancos con peores problemas son los del Estado, en los cuales hay que esperar incluso que lleguen personas a realizar depósitos para contar la suerte de poder retirar al menos los limitados 20 mil bolívares. Es tan grave el asunto que al llevarse este monto a dólares, no se logra retirar más de 0,90 dólares diarios en los bancos venezolanos.
Las amenazas
El ministro Néstor Reverol anunció una serie de medidas para perseguir, encarcelar, sancionar y fiscalizar comerciantes que realizan “avances de efectivo” o mejor dicho, que venden dinero efectivo a cambio de un pago electrónico usando los sistemas POS o comúnmente conocidos “puntos de venta”. Los comerciantes que logran captar dinero efectivo, lo venden a tasas entre 10% y 15%, con ello no tienen que ir a los bancos a realizar depósitos y quienes se hacen del efectivo, no están limitados por los montos de la banca, establecidos por el Ejecutivo a través de la Sudeban. Esta práctica, surgida por la propia dinámica de la economía, que siempre busca salidas o respuestas a tales coyunturas, es ahora considerada un delito.
La administración Maduro intentará enfrentar una distorsión económica que sólo podría resolverse con medidas económicas razonables, pero lo hará, según anuncia, con medidas policiales, lo que sin duda alguna complicará, radicalizará y hará peor la situación. Aparte de que todo el sistema no dispone en su mayoría de sistema POS, la medida policial estará confiscando los que hay por la razón señalada y esto no hará que el efectivo aparezca, porque tal medida no genera confianza en el sistema económico venezolano y la inflación seguirá destruyendo el valor de los billetes que cada vez para una operación se requerirán más, lo que obliga a muchos a acumular desde ahora, cantidades de dinero efectivo.
Bolívar digital
Entre otras medidas, destacan los comentarios de altos funcionarios de “digitalizar” el bolívar para no tener que imprimir más dinero, utilizando como sistema de pago por ejemplo el código QR, que funciona para la autentificación, como una especie de moneda electrónica. Según el mandatario Nicolás Maduro, de esa manera no habría que seguir imprimiendo dinero. Si bien se trata de propuestas que apenas se asoman, ello dice de la dificultad que tiene la administración Maduro para evitar que el colapso que se está gestando con las operaciones y procesos de pago en Venezuela, termine reventando.
Un sistema electrónico sería algo más complejo, en principio se ha dicho que sería sólo para pagar los productos de las cajas CLAP, usando el carnet de la patria, sin embargo el mecanismo de cómo funcionaría, sus efectos en la economía, el fundamento para sostener tal propuesta, en un país en que las telecomunicaciones también entraron en el proceso de colapso con la peor banda ancha de navegación por Internet de todo el mundo, – no son explicados.