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Más medidas draconianas con el bolívar acelerarán más la inflación

El gobierno no logra, dentro de su visión, una solución para detener la crisis, que desde que se emitió el nuevo cono monetario, se ha disparado la vida cara.

 El desplome total de la economía sigue su inexorable rumbo, mientras la administración Maduro, que está totalmente encerrada en su propio juego, en pocas semanas deberá enfrentar la realidad y consecuencias de las sanciones económicas impuestas a los bonos de deuda venezolanos. El Ejecutivo plantea soluciones que son más medidas represivas, en el caso del dinero efectivo, cuando alguien intenta comprar repuestos de vehículos en las fronteras, pasar alimentos suficientes. Las prohibiciones, causas de la crisis, siguen allí.

Entre octubre y noviembre se debe pagar 3,5 mil millones de dólares en vencimiento de deuda, las reservas internacionales siguen su curso a la baja y volvieron a caer -17,82%, al ubicarse en 9,852 millones de dólares, el Banco Central de Venezuela (BCV), bajo control político del madurismo, sigue emitiendo dinero y ahora han vuelto a imponer otra marca histórica, al subir la liquidez monetaria en 494,62%, por lo que se ha sextuplicado sólo en un año la cantidad de dinero circulante, al cerrar la cifra en 35,25 billones de bolívares. Tal como estaba previsto, esa masa monetaria, tanto en físico como en dinero en bancos, ha producido un alza de precio del dólar en los mercados no autorizados, que supera una subida de 1.200% en el último año. Es previsible que la inflación aun no se va a detener en su carrera alcista, al contrario seguirá acelerando y demoliendo todo el sistema, que está en colapso muy avanzado, de al menos 80% de todos los sectores.

Lo anterior ha tenido fuerte incidencia en cuanto al impacto en la sociedad, los precios se hacen inalcanzables y la llegada del nuevo cono monetario no ha resuelto la crisis, al contrario la ha empeorado. El actual mandatario en una alocución hacía mención que ya no quiere seguir imprimiendo dinero, porque el efectivo sigue sin aparecer, a pesar que prácticamente a diario el BCV anuncia la llegada de nuevos billetes, que terminan en manos de mafias de contrabandistas de gasolina y alimentos en las fronteras. Maduro señalaba que quería digitalizar el bolívar, se refirió a una forma de pago con el código QR que tiene el “carné de la patria”, por ahora sólo con las cajas CLAP. Aunque no dio detalles al respecto, el mensaje ha sido percibido claramente. Con el bolívar se avecina una situación nueva, que arrecia la incertidumbre ya existente, con este asunto de los pagos por vía electrónica.

Actualmente el efectivo es 7% de todo el dinero circulante, lo que implica que por cada 100 bolívares que alguien tiene en un banco venezolano, sólo dispone de 7 bolívares en efectivo, el resto puede usarlo con tarjetas de débito. Prácticamente el bolívar en su totalidad es de forma electrónica, es decir no existe físicamente. Hacer un billete le cuesta al gobierno 0,65 dólares, emitir dinero de manera electrónica, soportado por una deuda del gobierno al BCV, no tiene tantos costos para el gobierno, que imprimir dinero físico, pero genera inflación en medio de un proceso de expansión monetaria que se volvió indetenible. El problema se trasladará a los bancos, que deben sostener el sistema pagos POS (puntos de venta) y la emisión de plástico, y tratar de sostener operaciones a los costos que le impone la Sudeban. Son aspectos del proceso de destrucción del bolívar, que está andando en Venezuela.