Especialistas en la educación y diferentes organizaciones de derechos humanos se encuentran preocupados por la deserción escolar en Venezuela. Esto se presenta debido a la “crisis económica que atraviesa el país”. Para la profesora Olga Isabel Ramos Suarez, miembro de la Asamblea de Educación Venezolana, el sistema educativo en Venezuela excluye a los jóvenes por falta de pertinencia y calidad en el mismo, según entrevista concedida a Zeta.
En Venezuela la educación es obligatoria desde básica hasta media, fundamentándose en la Constitución del año 1999, para que toda persona nacida en el país sea obligada a formarse cómo profesional gratuitamente.
“Crisis en Venezuela crea deserción estudiantil”
La profesional en la educación sostiene que en el país se genera una deserción grave en la educación por la crisis política y social que ha implementado un régimen “totalitario y comunista”.
Ramos indica que existe un aumento progresivo de la asistencia de estudiantes en los planteles educativos, unos de los factores que plantea es el sistema económico, político y social que impacta de manera directa con los más vulnerados, en este caso con el sector estudiantil.
Así mismo, puntualiza que otros factores son la oferta educativa, ya que la misma no te permite ir a clase y terminar los estudios; la discriminación territorial porque son sitios educativos foráneos y el currículo base actual que, a su juicio, estos programas son anacrónicos.
Las cifras de la memoria y cuenta del Ministerio de Educación 2015, último año de referencia de datos oficiales presentados por este organismo, refleja que hay aproximadamente 27.000 planteles educativos en todo el país, pero en poco más de 5.000 solo existe el nivel de media y bachillerato.
También este despacho gubernamental de la educación indico en cifras oficiales que entre 2005 y 2015, 141.823 estudiantes de primaria y secundaria desertaron de las instituciones educativas a nivel nacional.
Por su parte, la profesora Olga Ramos, manifiesta que durante el proceso formativo los estudiantes no asisten a las aulas por diversos elementos, entre los que mencionó, que los jóvenes salen hacer colas con sus familiares para comprar alimentos; no pueden pagar los costos del transporte; no cuentan con un programa de alimentación adecuado o simplemente deben salir a trabajar para obtener ingresos y ayudar con los gastos familiares.
A su juicio, la canasta educativa genera también incertidumbre en los hogares venezolanos para el sistema educativo, donde se reduce en cinco elementos principales: los útiles escolares, los uniformes, la alimentación, transporte y la matrícula. Sin embargo, Ramos manifiesta que durante el 2017 la canasta educativa ha estado “restringida” porque el régimen generó la dotación de textos y morrales, Canaimas, pero el problema fundamental es lo insuficiente del mismo.
Otras de las problemáticas que evalúa la experta son las condiciones precarias, la violencia y la delincuencia que existe en las instituciones educativas, a su criterio, es un problema agudizado.
Por otra parte, el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), mencionó que es preocupante la situación escolar ya que, de hecho, “una de las grandes banderas del régimen ha sido la educación y hasta 2012 ciertamente se produjo un proceso de inclusión, pero a partir de allí se ha producido una reversión y en este momento estamos en una situación de exclusión social, porque hay más pobreza y más jóvenes fuera de las escuelas”, así lo indicó Marino Alvarado, representante de la organización.
La Universidad Central de Venezuela a través de un estudio por medio de la Encuesta de Condiciones de Vida 2015 (Encovi), también hizo referencia de la situación de deserción en el país, manifestando que entre 1998 y 2007 hubo un aumento de la tasa de cobertura en ambos niveles del sistema educativo de 87% a 95% en el caso de primaria, luego se observó un decrecimiento y estancamiento de este indicador. Reveló además que al menos 1 millón de niños y adolescentes de entre 3 y 17 años de edad no están escolarizados hoy en día. De los que lograron ingresar al sistema educativo, 1 de cada 5 miembros abandonó las aulas antes de cumplir los 15 años.
Ramos explica que esta responsabilidad radica en el Estado. Para la especialista, no se han hecho los esfuerzos necesarios para garantizar que todos puedan cumplir con el deber de formarse.
Puntualizó, que no hay suficientes escuelas ni programas para que las personas se formen, “entonces estamos condenando a los niños y jóvenes a faltar a su primera responsabilidad con la sociedad. Y eso, además, es un pésimo incentivo para construir institucionalidad y ciudadanía” Agregó.
Las respuesta para que se reestablezca este sistema educativo es generar una estructura compuesta por la pertinencia y la relevancia de la formación y la calidad de los programas para el gremio estudiantil como derecho humano fundamental, indicó Ramos.
La representante de la Asamblea de Educación venezolana, indicó que hay muchas cosas que se pueden hacer con seriedad y con una buena inversión. Se debería “comenzar a planificar la reducción de las desigualdades territoriales en términos de la oferta, para lo que se tendría que programar la construcción de una combinación de liceos y aulas asociadas a escuelas ya existentes, que permitan que todo el que inicie 1er. grado de primaria tenga una opción para culminar quinto o sexto año de educación media”.
Paralelamente indicó que para a esa planificación, es fundamental trabajar a fondo la calidad de lo que sucede en nuestras escuelas en dos tiempos. Un primer tiempo de hacer bien y mejor las cosas que ya están programadas y un segundo tiempo para instrumentar cambios profundos, tanto en el diseño curricular de la educación básica como en la gestión del sistema.
La profesora Olga Ramos, señaló que el régimen venezolano debe restablecer nuevas políticas económicas, sociales y educativas para que pueda solucionarse esta crisis en el tema de deserción escolar.
El régimen adopta nueva medida educativa
La nueva malla curricular que regirá al sistema educativo para el nuevo año escolar 2017-2018, ya muestra puntos controversiales entre investigadores y educadores, sobre todo por la cantidad de horas que estipula para los liceístas.
El ministro de Educación venezolano, Elías Jaua, anunció algunos detalles de la transformación y explicó que los alumnos de primero y segundo año de bachillerato tendrán 44 horas académicas y los de tercero a quinto, 46. Antes eran 36 horas.
Esta nueva medida plantea muchas dudas ¿Cómo va a ser posible tantas horas? ¿En qué tiempo? ¿Qué van a hacer aquellos liceos que son de doble turno? ¿Cómo vamos a extender el calendario? ¿Van a dar tiempo para comer?”, expuso el escritor e investigador del tema educativo, Antonio Pérez Esclarín, en el estado Zulia en Venezuela.
“Siento que las reformas curriculares están respondiendo al paradigma antiguo de una escuela instructora, que da la información. Por eso estos currículos de tantas horas deberían ser un proceso educativo innovador. Hablamos de una educación productiva y seguimos anclados en una educación transmisiva, repetitiva y rutinaria”, argumentó.
El nuevo cambio del pénsum académico viene después de que en enero el ministro Jaua suspendiera la puesta en marcha de la reforma publicada en Gaceta Oficial número 41.044 por quejas con respecto el sistema de evaluación, la omisión de materias y, precisamente, el cambio de horas a cursar.