Mientras seguíamos pendientes de la aplanadora que le pasó por encima a Nicolás Maduro en la Asamblea General de la ONU, el gobierno canadiense dio una importante estocada al régimen venezolano: 40 jerarcas fueron sancionados para «enviar un claro mensaje de que su comportamiento anti-democrático tiene consecuencias», según comunicado del país norteamericano.
«La honorable Chrystia Freeland, ministra de Relaciones Exteriores, anunció hoy sanciones en contra de las personas responsables por el deterioro de la democracia en Venezuela. Las medidas son consistentes con los principios y valores canadienses y apuntan a mantener la presión en el gobierno de Venezuela para restituir el orden constitucional y respetar los derechos democráticos de su gente», informa el comunicado canadiense.
«Bajo la Ley de Medidas Económicas Especiales, Canadá está imponiendo sanciones que apuntan a 40 funcionarios e individuos venezolanos que han jugado un rol crucial en socavar la seguridad, estabilidad e integridad de las instituciones democráticas de Venezuela. Estas acciones decisivas son en respuesta al profundo descenso del gobierno de Venezuela hacia una dictadura. Al imponer sanciones en el régimen de Maduro, Canadá demuestra su fuerte compromiso con el retorno de la democracia en Venezuela», finaliza el texto oficial.
Contexto de las sanciones
En el marco de la Asamblea General de la ONU, el Grupo de Lima se reunió la semana que acaba de culminar para tratar el tema que le da razón de ser: la crisis venezolana. En esta ocasión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó la batuta, inclusive con una cena privada con sus pares de Colombia, Brasil y Panamá, a la que también asistió la vicepresidente de Argentina. Los mandatarios de Perú y México también estaban invitados, pero no pudieron asistir.
Canadá forma parte del Grupo de Lima, por lo que las sanciones impuestas a jerarcas venezolanos pocas horas después del encuentro fueron discutidas con otros países de la región. En el mencionado bloque se apoya la iniciativa de las conversaciones que empuja el gobierno dominicano, inclusive con México y Perú como mediadores confirmados, por lo que las nuevas medidas contra el régimen madurista deben verse dentro de ese contexto. El mensaje, a todas luces, es que el proceso de negociación que se intenta no puede ser otra vez utilizado a favor del oficialismo como ocurrió a finales del 2016. La región va en serio: la crisis venezolana se debe resolver cuanto antes.
Un día después de las sanciones canadienses, el Grupo de Lima sacó un comunicado sobre la mencionada reunión en Nueva York el 20 de septiembre. Ahí ratificaron su condena a los desmanes dictatoriales de Maduro, el apoyo a la Asamblea Nacional y el rechazo a la Asamblea Nacional Constituyente, el respaldo a las gestiones del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, la voluntad para coordinar la ayuda humanitaria y su intención de volverse a reunir en Canadá el mes que viene. Sin embargo, lo más importante es que también aclararon que, aunque respaldan la negociación coordinada por los dominicanos, ésta no puede ser un juego más de Maduro para perpetuarse en el poder.
Trudeau cambia el juego
La dura posición canadiense ensombrece el panorama del régimen debido a los longevos nexos entre el primer ministro Justin Trudeau y el fallecido dictador cubano Fidel Castro. El padre del actual mandatario canadiense también ocupó la jefatura del gobierno y su filiación con el liberalismo lo llevó a entablar una relación de profunda amistad con su entonces par en Cuba. Eran los años en que la izquierda perdonaba a Castro cualquier barbaridad, presos de su carisma. Si les recuerda a Hugo Chávez, no es casualidad.
Sin embargo, Trudeau hijo se ha mantenido firme en que ser de izquierda no significa ser blando con las dictaduras que se amparan en ese espectro ideológico por conveniencia. De hecho, estas sanciones al régimen venezolano tienen la particularidad de que, aparte de incluir de un solo golpe a cuarenta jerarcas, incluye a uno que ni Trump ha tocado: Diosdado Cabello. Además, están presentes en la lista los dos negociadores maduristas en República Dominicana, los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez.
Así, el territorio canadiense se le cierra, de momento, al régimen, cuando hace solo pocos meses Trudeau les ofreció asilo, exclusiva de este medio que pueden revisar en elnuevopais.net). Cerradas las puertas norteamericanas, y a punto las europeas, el mensaje es claro: o negocian ya o se tendrán que refugiar en Corea del Norte. No crean que Putin y Castro van a cargar con ese muerto.