El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió a su par español, Mariano Rajoy, este martes en la Casa Blanca, con el tema del referéndum catalán como prioritario en la agenda. Como era de esperarse, Washington no apoyará ningún intento de independencia de Cataluña, por lo que Puigdemont y compañía se quedan sin apoyos (la Unión Europea también les dijo que con ellos no cuenten). Los catalanes, que han formado todo este embrollo por dinero, no tendrán con quién hacer negocios, por lo que la aventura no debe terminar bien para sus operadores. Sin embargo, lo que nos ocupará en este informe es el otro problema discutido en la capital imperial: el régimen de Nicolás Maduro.
Es en Estados Unidos y en España donde los jerarcas del régimen venezolano, en una demostración de torpeza suprema, guardaron gran parte del dinero atesorado desde 1999. Cuando hablamos de jerarcas, debemos aclarar que en las cuentas bancarias o propiedades no encontrarán los nombres de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello o Tarek El Aissami, por citar a algunos. Hasta ahí no llegó la torpeza. Los que sí están son los testaferros y hombres de negocios que se hicieron ricos a la sombra de la bonanza chavista, que no de la pobreza madurista. A todos estos se les cerraron las puertas del imperio antes de que llegara Trump. ¿Recuerdan el caso de los bolichicos y su dinero congelado tras demanda en Nueva York, por ejemplo? Esos «muchachos bien», los originales y los que vinieron después, sólo recibieron dinero por su relación con los grandes operadores financieros que han venido a conocerse como boliburgueses.
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La mayoría de estos boliburgueses abandonaron el barco hace tiempo, refugiándose en Europa para huir del FBI y el Departamento del Tesoro. Pero, desde el otro lado del charco, tiraron cabos para congraciarse con el Tío Sam -por muy sabrosas que sean París y Madrid, Disney es Disney-, y varios se pusieron a sus órdenes para cantar cual tenores las andanzas de los gobernantes venezolanos. Hay que reconocerles que la potencia del canto es tal que no necesitan movilizarse desde las arenas del Viejo Continente para que en Washington se deleiten con la melodía.
Madrid actúa sobre capitales chavistas
El martes, Trump le pidió a Rajoy que endureciera su posición frente a Maduro y empuje a la Unión Europea a imitar el ejemplo de Estados Unidos, Canadá y Latinoamérica, sancionando a los violadores de Derechos Humanos. Si se cierra Europa, el cerco al madurismo, actual o antiguo, será perfecto: nuestros boliburgueses tendrán que refugiarse en Cuba, Rusia o China.
Rajoy no dudó en asegurarle a Trump que se pondrá a la cabeza de la aplicación de sanciones desde Europa, con especial énfasis en España, en donde han entrado como río en conuco los capitales chavistas. Curiosamente, pocas horas después de la reunión entre los dos presidentes, la Fiscalía Anticorrupción de España decidió darle curso a una denuncia presentada el 19 de septiembre contra los venezolanos Nervis Villalobos y Javier Alvarado Ochoa por presuntos delitos de cohecho internacional y blanqueo de capitales. ¿Quiénes son estos personajes? Altos operadores financieros del chavismo en PDVSA, a quienes se acusa de presuntamente facilitar grandes contratos a cambio de comisiones. Uno de ellos, Villalobos, estaría presuntamente en contacto con el Departamento del Tesoro estadounidense desde el 2015, incluso entrando en su programa de protección de testigos. Alvarado, por su parte, estaría involucrado en la trama de los bolichicos que sobrefacturaron plantas eléctricas. Ambos viven desde hace años en Madrid.
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Como Villalobos y Alvarado hay otros más, inclusive de mayor peso, que colaboran con Washington. Lo curioso es que, pocas horas después del encuentro entre Trump y Rajoy, Madrid decida darle curso a una investigación por corrupción a un testigo protegido del Departamento del Tesoro. Quitarles la comodidad del refugio europeo parece ser la razón, lo cual no es más que otro augurio de que la comunidad internacional entra en la fase final de desactivar al fascismo en Venezuela.