La libertad de Antonio Ledezma es una mala noticia para Maduro y la hegemonía roja, y por tanto es una buena noticia para la lucha democrática.
Antonio Ledezma conquistó la libertad que sus captores le negaban arbitrariamente. Es delirante que el segundo funcionario electo más importante del país, de acuerdo a la importancia que la Constitución le otorga al Alcalde Metropolitano de Caracas, haya sido perseguido, apresado, enjuiciado políticamente, condenado sin garantías de defensa, y todo ello ante la impavidez de una hegemonía cada vez más despótica.
Va a “hacer lío” -como dice el Papa Francisco- el buen amigo Antonio Ledezma. Se ha convertido ya, muy rápidamente, en el vocero central de la causa democrática de los venezolanos, entre otras razones porque él mismo la simboliza con la violación de todos sus derechos políticos y civiles por parte del poder establecido. No tiene que explicar muchas cosas, ya que su caso personal es suficientemente expresivo de la tragedia que padece Venezuela.
No obstante, estoy seguro de que el alcalde Ledezma será incansable en su lucha para superar la hegemonía que destruye a la nación. Una lucha frontal y razonada, con argumentos incontestables y demasiadas evidencias, como para no ser atendida dentro y, desde luego, fuera del país. En los tiempos de su aprisionamiento, él no aceptó transas ni cambalaches, y se mantuvo firme en unas posiciones que, a veces, le suscitaron no pocas críticas en algunos sectores de “oposición”.
La hegemonía despótica buscó silenciarlo y sacarlo de la dinámica de la política, pero Ledezma les picó adelante con su liberación. Deben haber algunas caras descompuestas por los lados del oficialismo, sobre todo ahora que el señor Maduro pretende que la MUD sea su vocero internacional para que le presten más dólares a ese saco sin fondo que es la muy depredada tesorería nacional.
Recordemos que Ledezma le ganó a Chávez la Alcaldía Metropolitana de Caracas, al derrotar por amplio margen a su candidato, Aristóbulo Isturiz, por quien el entonces mandatario hizo intensa campaña. No podrá Maduro sacarlo del tablero, porque ahora, en libertad, se mueve en uno que no puede ser controlado por Miraflores, o por los patronos castristas.
Deseamos que Antonio Ledezma tenga el mejor de los éxitos en esta nueva etapa de su trayectoria política. Una gran cantidad de venezolanos está recuperando la esperanza de que podremos salir adelante, y eso de por sí ya es un logro de importancia. La libertad que el propio Ledezma se ha dado, es una buena noticia para el conjunto de Venezuela.