Sería deshonesto ocultar, aún disimular, mi afecto por Antonio y Mitzy, sentimiento que ha resistido diferencias políticas que en su hora tuvieron importancia -hoy, solo la tiene recuperar la libertad. Consciente de eso, estoy alerta para que esa inclinación positiva afecte mi análisis del caso en la menor medida humanamente posible.
A los críticos de buena fe solicito algo válido para cualquier caso: no confundamos sospecha con evidencia, ni lo accesorio con lo determinante. Importa que se ha liberado un factor democrático de primer nivel, y eso será muy favorable para el cambio político por el cual todos trabajamos, cada uno a su manera.
Cierto que hoy Ledezma es parte de una alianza distrófica con Arria y Machado, especialmente anormal con la segunda persona mencionada: Ledezma es socialdemócrata y lo ratificó asistiendo a la internacional de ese signo, y Machado representa rancios intereses ultra-capitalistas. Ya se ha dicho que la política hace extraños compañeros de cama. El tiempo dirá cómo evoluciona esa accidental anomalía, teniendo en cuenta que la hora es de acuerdos entre distintos, concesión necesaria para el cambio y para la construcción de un nuevo país de todos. Recordemos que esa alianza ya se produjo en 1958 y duró diez años, hasta 1968, cuando ya la democracia estaba andando y el capitalismo rancio generó la división mepista en AD.
La responsabilidad de Ledezma es enorme. Machado sigue una tanática y fanática estrategia de descrédito y descalificación de los demás factores que por cierto no ha prendido sino en tuiteros pagados por delincuentes financieros cuya identificación pudiera estar próxima. Si Ledezma se deja arrastrar por esos procedimientos terminará como Machado, con una aceptación real, la que va más allá de Twitter, apenas perceptible. De su experiencia y personalidad, y del hecho que en el trío contra natura es el único cacique que tiene indios, cabe esperar un desempeño sensato. Después de todo, candidato con posibilidades será aquel que convenza a los demás de que gobernando él gobernarán todos, ya que ninguno tiene fuerza para hacerlo solo.
Dios ilumine al bravo luchador.