Sobrevivir en hiperinflación

Más allá de la discusión técnica sobre si Venezuela cayó de forma oficial en hiperinflación o no, el economista Jesús Casique sostiene que el hecho cierto es que no hacen falta cifras para evidenciar la realidad que sufren las personas en el mercado, «que han tenido que castigar sus patrones de consumo».

Por RICHARD SANZ

Solo faltó «la chispa que encendiera la pradera».

Y es que la rabia y el hambre fueron los combustibles de una protesta que se registró en las calles de Zaraza el pasado 15 de noviembre. La gente, indignada por el continuo incremento en los precios de los alimentos, tuvo que ser contenida por los cuerpos de seguridad del Estado, lo que evitó un desborde de la situación de orden público.

El cobro del quinto aumento salarial decretado por el presidente Nicolás Maduro, que se hizo efectivo ese mismo día, ni siquiera pudo frenar el descontento masivo expresado en los rostros de madres, ancianos y hasta niños que se sumaron a la manifestación en esa población del estado Guárico.

Otras muestras de molestia se palpan en el día a día del venezolano, ese que anda a pie y en el Metro -cuando no hay apagones que colapsen su funcionamiento-, ante el empobrecimiento colectivo que «a paso de vencedores» avanza sin control en tiempos de socialismo.

Como muestra de lo ocurrido en tan solo cuatro meses con el poder adquisitivo del pueblo, basta citar un ejemplo: el 30 de julio, día en el que supuestamente votaron ocho millones de personas para elegir a los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente, el cartón de huevos costaba 24 mil bolívares, y en la tercera semana de noviembre el valor de ese producto de consumo masivo se disparó a 110 mil bolívares… la certeza es que seguirá subiendo, la incertidumbre es cuánto…

Todo este panorama es la cara de los números más recientes que dio a conocer el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDAS), en los que ubicó el precio de la Canasta Básica Familiar del pasado mes de octubre en 5 millones y medio de bolívares, cuando el salario mínimo integral apenas llega a Bs. 456.507 bolívares.

El empobrecimiento

salta a la vista

Sobre ese escenario de crisis en el que sobrevive el ciudadano de a pie, Zeta consultó al economista Jesús Casique, director de Capital Market Finance y profesor universitario de economía y finanzas, que atribuyó ese acelerado incremento de precios a que, entre otras razones, el Banco Central de Venezuela (BCV), «viene emitiendo dinero sin ningún tipo de respaldo en el mercado; así como por la falta de bienes y servicios debido al impresionante desplome del Producto Interno Bruto, que caerá por cuarto año consecutivo y que en este 2017 se estima será del -13,2%».

Sobre las cifras de inflación, que el BCV no publica desde el año 2016, a pesar que está obligado por la constitución a informarlas mensualmente-, el último reporte emitido por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional indica que la inflación acumulada durante este año es de 825%, lo que evidentemente pulveriza el ingreso de cualquier venezolano.

-¿Se puede decir que estamos oficialmente en hiperinflación?

-Más allá de la discusión técnica sobre si Venezuela se encuentra o no en hiperinflación -que según la teoría de Phillip Cagan, ese fenómeno ocurre cuando un país registra una inflación de al menos el 50% intermensual-, el hecho cierto es que el poder adquisitivo de los venezolanos en términos reales ha caído en una forma bastante importante…

-Pero la realidad se palpa en la calle: los precios de los productos se duplican y hasta quintuplican en períodos muy cortos de tiempo…

-Una vertiente es la teoría económica y otra vertiente es la realidad económica que están atravesando los venezolanos en el mercado (…) No hace falta publicar cifras para palpar la realidad que sufren las personas en el mercado, que han tenido que castigar sus patrones de consumo. Antes era una distracción para los venezolanos ir al cine o a un restaurant el fin de semana, pero lamentablemente han tenido que modificar sus presupuestos producto de la inflación (…) No se resolverán los problemas estructurales que está atravesando la economía en la medida que el BCV continúe emitiendo dinero sin respaldo porque seguirá atizando la inflación. Tampoco se solucionará algo con los incrementos salariales, que fueron cinco este año, de hecho, ¿qué es lo que exigen los consumidores? ‘No me incrementes más los sueldos y encárgate de abatir la inflación’. Esa debería ser la consigna de todos los venezolanos porque en cualquier país del mundo un incremento del salario es muy bien recibido, mientras que aquí lo que causa es una gran preocupación porque viene acompañado de un incremento inflacionario.

Alternativas ante la

pérdida del valor del bolívar

 -¿Existe algún tipo de defensa para el ciudadano para capear los embates de la inflación?

-En economías hiperinflacionarias o de alta inflación, lo más recomendable para aquellas personas que deseen preservar su patrimonio es invertir en activos que se van revalorizando por efectos de la misma inflación. También se puede invertir en una póliza de seguros. Tener el dinero congelado no es recomendable, porque pierde valor, por lo que se debe colocar el dinero en bienes duraderos o no perecederos, como línea blanca o línea marrón, porque rinde más que tener el dinero en el banco con una tasa de interés negativa, producto de que esa tasa de interés que ofrecen está muy por debajo de la inflación. Invertir en la casa, remodelaciones también revaloriza el dinero. Otra opción recomendable es invertir en formación académica, como cursos y postgrados.

 Twitter: @rsanz777

Face to face con Nicolás Maduro

Zeta le preguntó a Jesús Casique que en el hipotético escenario de estar frente al presidente Nicolás Maduro, cuáles serían las medidas que le recomendaría tomar de forma inmediata, a lo que el economista respondió:

-Disciplina fiscal; disciplina monetaria; unificación cambiaria, minimizar los procesos burocráticos para establecer una empresa en Venezuela -según el más reciente informe Doing Business, se requieren 20 procedimientos y 230 días para establecer una en Venezuela-; generar confianza, que es un factor cualitativo, en la medida que eso se logre se reactivará el aparato productivo; un cambio diametral del modelo del socialismo del siglo XXI que ha generado todos estos desequilibrios económicos; y fomentar la inversión extranjera, lo que es fundamental, porque generaría flujo de ingreso de divisas al país.