Inflación 2017 será de 1.000%

Nicolás Maduro entrega Pdvsa a los militares, busca evitar que afloren situaciones en el ámbito castrense similares a las de Zimbabwe, que costaron el poder al dictador Mugabe. Los anuncios presidenciales son de una militarización de la petrolera, sin que aparezca el profesionalismo de expertos en la materia.

Por ALEX VALLENILLA

El escenario económico para 2018, resulta mucho más difícil y complejo que todo lo que ha ocurrido en 2017, cuyo año cierra con una inflación en los cuatro dígitos, sobre 1.000%, según los principales analistas del mundo. La situación es tal, que comenzando diciembre, el sueldo mínimo se ha convertido en apenas el equivalente a dos dólares, al convertirlo según la tasa del dólar paralelo que usa comúnmente la mayoría, la que publica el portal Dólar Today, a pesar de que la administración Maduro, denuncia una y otra vez a quienes administran ese portal, acusándolo de una “guerra económica”. Lo hace sin señalar que existe desde el Banco Central de Venezuela (BCV), una expansión monetaria sin control alguno, ordenada desde el Ejecutivo, ya que éste con un “decreto de emergencia por Estado de Excepción”, dirige tal “estrategia”. Según el famoso portal, la divisa cotizaba el pasado martes 88.253 bolívares, mientras las operaciones en Cúcuta daban cuenta de 43.538,46 bolívares por 1 dólar.

Polvorín

La situación se ha vuelto extrema, el “salario integral” (sueldo mínimo más cestaticket) quedó “pulverizado” en 5,17 dólares. El venezolano cobra en bolívares, pero los precios de la comida y las medicinas siguen circulando en todo el país indexados al precio del dólar. Los militares que han tenido a su cargo la distribución de alimentos y vigilan que fluya la comida desde las fronteras, participan en esta nueva forma de “negocio” , dominado por los llamados “bachaqueros”, que no han desaparecido, sino que al contrario han mejorado sus redes y comparten sendas ganancias con sectores militares.

Lea tambiénAcreedores esperarán renegociar deuda con un nuevo gobierno

La situación se ha vuelto explosiva nuevamente, con los bancos sin posibilidades de entregar dinero efectivo al no recibir remesas del BCV y la población sin alimentos suficientes. Reportan los brotes de saqueos, como el ocurrido recientemente en Yaracuy, en un abasto de asiáticos en que la población percibió que había harina de maíz y en una carretera nacional, con el saqueo de un camión de alimentos, hechos que no ocurrían desde el segundo y tercer trimestre de 2015, cuando la administración Maduro, sin alimentos y reduciendo las importaciones de alimentos en más de 80%, se vio en la obligación de abrir las fronteras para permitir el paso de comida y medicinas desde Colombia, Brasil y Trinidad.

Tal como fue previsto, abrir las fronteras, permitiría que el flujo de gasolina que sale del país por la vía del contrabando continuara y que la situación siguiera empeorando. La escasez de combustible, que se ha vuelto crónica en el interior del país, junto al alza del dólar paralelo, como mecanismo de captación de más bolívares de parte de las mafias colombianas que reciben las cargas de combustible, impactan el precio de la comida, porque el dólar se ha disparado, en medio de una debacle del bolívar, puesto que el Ejecutivo, en vista de que cada vez que suben los precios, se ve afectado en su déficit estatal, aumenta sueldos sin disponer de recursos.

Lea tambiénVenezolanos se hunden en crisis total tras pago de deuda externa

Estos aumentos ordenados sin tener los recursos, se crean a través de la emisión de dinero y que al entrar en circulación aumenta la oferta monetaria, lo que ayuda a disparar los precios y alimenta el círculo vicioso.

Lo anterior se constituye en un mecanismo perverso, que está comenzando a llegar a un punto de quiebre, ya que Venezuela colapsa a diario en todos sus sectores y cada día se hace más difícil realizar cualquier actividad cotidiana en el país.

El gobierno maneja estudios serios, que le advierten de situaciones por sobrevenir en los próximos meses.

Moviendo las piezas

Surge entonces el nombramiento del general Manuel Quevedo como nuevo presidente de Pdvsa, en medio de una guerra interna en que el sector madurista ha dado varapalo al sector que se supone representa o es parte de lo que fue la gestión del ex presidente de la petrolera, Rafael Ramírez, quien emite críticas al sector oficial desde su posición como embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Ramírez, quien manejó en los 10 años que pasó al frente de la estatal, más de 800 mil millones de dólares en ingresos petroleros, ha realizado fuertes críticas en materia económica, dando la razón a los señalamientos que distintos sectores vienen haciendo desde hace tiempo. La situación de Ramírez resulta poco cómoda, si el mandatario venezolano decide cesarlo de sus funciones, es muy probable que se mantenga en el extranjero y busque como muchos otros funcionarios un proceso de negociaciones que permitiría despejar situaciones de corrupción que aún se mantienen sin descubrir.

De regresar a Venezuela, sin duda tendrá que dar la cara a las acusaciones que permitieron al oficialismo, a través del Fiscal nombrado por la ilegal Asamblea Nacional Constituyente, Tarek Saab, realizar detenciones y provocar la huida de más de medio centenar de gerentes corporativos en Citgo, en la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP) y en otras áreas de Pdvsa.

En nombre de la lucha contra la corrupción, capítulo que aprovecha el oficialismo para vender la idea, Quevedo asume el control de Pdvsa, por lo que el sector militar del oficialismo, que venía pujando por manejar la estatal petrolera, cristaliza una aspiración que tenía un sector del Alto Mando Militar leal al madurismo. La entrega de la estatal al control militar, permite especular en distintos sectores financieros, que un sector del gobierno se prepara para situaciones peores y fuera de control. La entrega de lo que queda del negocio petrolero venezolano a los militares, busca evitar que en el sector castrense aflore el descontento que en las bases hay debido al hambre, la escasez, la hiperinflación y la pobreza en que se ha hundido al país.

Pdvsa viene perdiendo terreno en materia productiva y lo señala la propia Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), al publicar recientes reportes de como Pdvsa ha bajado su producción en los últimos seis meses, al superar en 220% la cuota de recorte que se le asigno a Venezuela, como parte de la estrategia del cartel de hacer que los precios suban. En la OPEP, Venezuela ha sido el país que más petróleo ha sacado del mercado, no porque cumpla con el acuerdo, sino porque debido a la crisis que hay en todo el país y de la que no escapan en la petrolera, pierde capacidad productiva en unos 5% al año.

La comida

El precio de la comida, por ejemplo, medio cartón de huevos y una pieza de mortadela de un kilogramo, suman cerca de 150 mil bolívares, este monto es el sueldo integral que la gran mayoría del sector público recibe en 15 días de trabajo, sin contar que todavía existen entes públicos, como alcaldías que son de signo de opositor, en que los empleados ganan apenas 80 mil bolívares quincenales. Todo lo anterior sigue acumulándose como malestar social, asunto que el oficialismo, tutelado por rusos y cubanos, ya percibe y se adelanta a mover sus piezas en el tablero para tratar de sortear las situaciones que se avecinan.

@alexvallenilla

 

 

Salir de la versión móvil