El exembajador Gerson Revanales escribe una carta pública al Ministro del Poder Popular para las Relaciones Exteriores

El exembajador Gerson Revanales escribe una carta pública al Ministro del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, en la cual señala que Maduro (a pesar de pasar siete años en la cancillería) perdió el liderazgo internacional que le dejó Chávez.

Señor Ministro.

De su consideración

El año 2017 concluyó con dos sorprendentes misivas que parecían dirigidas a los reyes magos, las cuales pretendían justificar lo injustificable: una, de un asesor especial del gobierno -importado de las filas corruptas de PODEMOS- con apellido del barrio más castizo de Madrid, el barrio de Salamanca y del jamón más famoso, el Serrano; el cual aunque jamón nada tienen que ver con el pernil de la revolución.

El agente especial, el tal Serrano, haciendo uso del grafiti de algún ocupa de la Barceloneta, quien emulando a la terrible “enfant Mafalda”, una noche rayó una blanca y calina pared con la sentencia “lo que está a la vista es obvio”; la travesura le sirvió al Sr. Serrano para justificar el desgobierno que nos gobierna. Este asesor como que cree que somos “gilipollas” cuando culpabiliza a Trump de los fracazos de la revolución. El tal Serrano considera que si los gallineros verticales, los conucos hidropónicos y la cría de conejos no dieron el éxito esperado es culpa del imperio.

Pero peor aún es el comunicado del Ministro de Relaciones Exteriores. Los seis años de Maduro al frente del gobierno, más los doce de Chávez, permiten hacer una clara evaluación de la Política Exterior durante los últimos dieciocho años. Se esté de acuerdo o no, Chávez tenía un proyecto geopolítico dispuesto a imponerlo enfrentando en cualquier campo a los EE.UU; acabar con algunos organismos internacionales; conformar un eje (ALBA-MERCOSUR); crear organizaciones vasallas como PETROCARIBE y alianzas con gobierno forajidos. Por el contrario, Maduro (a pesar de haber pasado siete años al frente de la cancillería) perdió el liderazgo internacional que le dejó su padre eterno. Chávez era presidente y canciller a la vez.

Después de un año tan tortuoso: la expulsión de MERCOSUR; la imposibilidad de honrar los compromisos internacionales, las declaratorias de persona no grata a diplomáticos; era de esperarse que el comunicado tuviera alguna muestra de reflexión; sin embargo, de los seis puntos del comunicado cinco están dedicados al personal obrero y administrativo, el cual merece toda la atención del despacho, pero le puedo asegurar que la mayoría de ese personal se encuentra y tiene más y mayores beneficios que el diplomático. Tanto en tiempos de guerra como de paz, la mejor trinchera y la mejor defensa es el Cuerpo Diplomático. Valdría la pena revisar cuántos funcionarios han tenido que renunciar al servicio; cuántos están retardados en sus ascensos y cuántos por el contrario (por su militancia política) han sido gratificados con el rango de embajador por sus servicios al régimen.

Colega, finalmente acusar a la burguesía y a las élites de todos los males que hoy sufrimos es escupir pal techo. Bolívar, Sucre y Miranda no eran niños de la calle. Tampoco lo son los Arreaza, quienes históricamente han formado parte de la burguesía criolla y de la élite oriental de la que usted proviene y crítica y con la cual afortunadamente me unen vínculos familiares.