Comienza 2018 mostrando un precio del crudo con una tendencia al alza, un Brent que llega a los US$67,97 por barril y el WTI en los US$62,12 por barril, respectivamente. Hay varios aspectos que permiten explicar el resultado en la cotización del crudo: el crecimiento económico real y las expectativas de continuar aumentando su PIB 2018 en EEUU, China, UE y las economías emergentes, lo cual refuerza los pronósticos sobre el incremento de la demanda, y luego el grado de cumplimiento del acuerdo de reducción de los países miembros de la OPEP con un suministro de 32,50 millones de bpd, una reducción de 680 mil bpd con respecto a 2016 que totalizó 33,18 millones de bpd, lo que se suma como elemento en la formación del precio del crudo. En la primera semana de 2018 ocurrió la reducción de 70 mil bpd de Libia por la paralización de un oleoducto; desde la geopolítica apareció la conflictividad presentada en Irán por las protestas, al considerar que se trata del tercer productor del cartel; y la situación de Venezuela con una caída en su producción mayor, con expectativas de continuar la caída de la producción en 2018 – lo cual en su conjunto influyó también en la subida del precio. No obstante lo anterior, para algunos analistas esta situación podría ser de carácter coyuntural, pues hay incentivos para aumentar la producción en los EEUU, por efectos del nuevo régimen fiscal que favorece una rebaja del impuesto sobre la renta corporativo al 21% y la desregularización por la administración Trump de zonas costa afuera para producción petrolera en el Pacífico, Atlántico y Ártico. Es importante recalcar, como hemos mencionado en oportunidades anteriores, que los aspectos geopolíticos serán también un factor clave para la formación del precio durante 2018, por ejemplo: el mercado está a la expectativa para este viernes sobre Ia decisión de la administración del presidente Donald Trump con respecto a Irán y la aplicación de nuevo de sanciones que se estima pudiesen afectar la producción de petróleo iraní y por ende el precio del crudo.
La petrolera continua con sus trabajos de exploración costa afuera en el bloque Stabroek en Guyana y anunció esta semana el sexto descubrimiento de petróleo ultraliviano. Estima la petrolera con una participación del 45% en el consorcio del cual forman parte Hess (35%) , CNOOC (25%), que para el 2020 la Fase Uno del proyecto esté lista con una producción estimada en 120 mil bpd. Las expectativas económicas son muy favorables, con un margen de US$32 por barril, un tiempo de pago de 2 años y una inversión de US$1.200 millones. Liam Mallon, Gerente de Desarrollo de Exxon en junio del 2017 aclaró el interés de la empresa en el desarrollo del campo, y que trabajarán en conjunto con el gobierno de Guyana que traerá beneficios significativos para ese país. El asunto del desarrollo de las reservas petroleras y de gas en Guyana, las cuales están dentro de la zona en reclamación por Venezuela, tiene sus implicaciones geopolíticas, que afectarían al régimen venezolano que ha mantenido un silencio notorio con respecto a esta situación.
Venezuela
Platts señala la caída de la producción de PDVSA en 100 mil bpd para un total de 1,7 millones de bpd para el mes de noviembre, el menor volumen desde agosto de 1989. Indica Platts la falta de inversión, el bajo número de taladros, en 50 para diciembre según Baker Hughes, y agrega Platts la necesidad de más de 100 taladros para levantar la producción. Continúa la deficitaria operación del sistema de refinación del país, el excesivo nivel de deuda y la mediocre gerencia, son razones repetitivas para explicar el caos de PDVSA. Adicionalmente hay un malestar laboral interno en PDVSA de carácter creciente, afectado por la hiperinflación del país que conlleva a reclamos salariales combinado con las fallas de seguridad en las operaciones, porque hasta comida reclaman los trabajadores. El caso no está tan solo en el área de producción, el sistema de refinación que continua con un nivel de procesamiento bajo, obligando así a PDVSA a importar combustibles para ser vendidos a pérdida en el mercado interno, sin que exista un plan racional y creíble para eliminar el contrabando de extracción de combustible. Además, la crisis financiera de PDVSA es evidente por su alta carga de deuda financiera y comercial, y el default es una realidad. Un factor clave y quizás el más importante es la falta de gerencia del negocio para manejar la crisis, el discurso del nuevo Ministro-Presidente de PDVSA, general Manuel Quevedo, siguen en la misma retórica de la supuesta revolución, de echarle la culpa a otros. Por ello, la posibilidad de un paro, en donde además del reclamo salarial los trabajadores exigen condiciones seguras para operar y trabajar, deberían de ser atendidas por la gerencia de la empresa. De lo contrario, tal como los trabajadores de la actual PDVSA indican, tendrían que ir a un paro que definen como inducido por la falta de decisiones internas.
Sobre la corrupción en PDVSA sale una carta pública de Bernard Mommer, justificándose y haciendo alarde de su compromiso con la supuesta revolución y victimizándose como un perseguido. Una correspondencia que puede interpretarse como la falta de capacidad interna de PDVSA en la época de Rafael Ramírez, hasta de poder determinar el precio del crudo. Tal como señalamos en la nota de la semana pasada, Ali Rodríguez Araque y Bernard Mommer son unos de los grandes responsables de la situación actual de PDVSA. Lamentablemente siguen según lo escrito por Mommer influenciando en los procesos de toma de decisión de PDVSA, lo cual continuará trayendo consecuencias negativas para el país.
En relación al PETRO, instrumento que busca la supuesta revolución como tabla de salvación, este instrumento fue declarado nulo por la Asamblea Nacional. El «Petro», que pretende ir al mercado a ofrecer reservas de crudo cuyo único valor comparable seria el costo de descubrimiento, en las condiciones actuales de Venezuela no tiene posibilidad seria de ser transado, pues en primer lugar ¿cómo valorar la reserva, la falta de instrumentos institucionales y legalidad para su emisión? Se trata de la venta a futuro de unas reservas por parte de un gobierno que llevó a la quiebra la economía del país. Hemos de insistir esa no es la vía para sacar al país de la crisis.
Por último, el incumplimiento de las obligaciones contractuales de PDVSA con Aruba, Curazao y Bonaire, explica la verdadera razón del conflicto de Maduro con las ABC y Holanda.
Twitter@JFernandeznupa