A sesenta años de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, al pueblo venezolano le corresponde sobreponerse a las dificultades asumiendo el espíritu de lucha, unión y fortaleza que guío al pueblo de aquella época.
Esta semana tuvimos en la Asamblea Nacional la sesión especial en conmemoración a los sesenta años del 23 de enero de 1958, fecha en la que recordamos las luchas que se realizaron para recobrar la Democracia en Venezuela y la dignidad del pueblo venezolano. Esto debe servirnos de ejemplo para lograr que en el país volvamos a tener la libertad, la dignidad y la democracia que nos merecemos y que debemos tener en estos momentos tan difíciles.
Debemos contagiarnos del espíritu de lucha y unión que marcó la significación de ese día en que se produjo el retorno de las libertades políticas al país. Debemos contagiarnos de libertad, dignidad, unión, fuerza venezolana. Lo que nos corresponde ahora es hacer frente a las situaciones difíciles no solo en lo social y económico, sino también en lo espiritual, en lo político, especialmente por todo lo que ha vivido el país en los últimos días, por la escalada de violencia, la escalada de represión y persecución que ha vivido la disidencia en Venezuela, que rechazamos rotundamente.
Lo que hemos buscado siempre es encontrar una verdadera solución que permita el cambio de gobierno, que esté en manos de los venezolanos cambiar la historia nacional, y que giremos hacia un rumbo de prosperidad, en el cual las familias venezolanas puedan comer, curarse y se respete la Constitución.
Seguimos viviendo una grave crisis económica por culpa de un modelo económico del gobierno nacional fracasado, que ha impedido que nuestros anaqueles tengan productos. El gobierno tiene años culpando a la guerra económica y a factores externos. Sabemos que esto que vivimos, que lo vemos a través de imágenes muy duras que han dado la vuelta al mundo, es consecuencia de la destrucción de la producción nacional. Se destruyó el sector agrícola y el sector agroindustrial. Se eliminaron los incentivos de la inversión privada y de la producción.
Por eso debemos seguir luchando por un cambio en el país, que sea un país democrático, un país moderno económicamente, abierto al desarrollo, abierto a tener relaciones con todos los países del mundo, y no lo que tenemos ahora: una Venezuela reprimida, dividida, arruinada. Esta Venezuela debemos dejarla atrás para construir una Venezuela que resuelva la crisis con la unidad del pueblo venezolano.
Sabemos que este momento es difícil en lo personal, en lo familiar y como país; pero ahora más que nunca debemos estar unidos para generar un cambio que nos lleve a la democracia y al progreso.
Condenamos la persecución
Toda la solidaridad con nuestro amigo y compañero de partido Tomás Guanipa, a quien el régimen pretende sembrarle delitos para generar miedo y silenciar a todo aquel que luche por el cambio en Venezuela.
Una vez más vimos al gobierno actuando a través de las instituciones que controla para criminalizar y acusar a quienes luchan por una Venezuela donde haya libertad, progreso y donde rescatemos la democracia. Sabemos que cualquier persona que piense distinto al Gobierno es una persona que está en peligro de ser perseguido, acusado y encarcelado.
Los partidos políticos que son más perseguidos en dictaduras son los partidos que después, junto con todos los que lucharon por la libertad, permanecen en el tiempo y logran cambios importantes para el país. Seguiremos más unidos para darle un camino y una ruta a Venezuela, para que no se vean más personas huyendo de nuestra nación, buscando lo que aquí no pueden tener y donde no pueden progresar.