El Consejo Nacional Electoral, al violar la Ley, demuestra que no es un poder autónomo sino un apéndice del gobierno de Nicolás Maduro.
A los guerreros del teclado, a los guerrilleros comunicacionales, allí están los resultados del diálogo. Nunca. Nunca, señores, la MUD puso en juego el futuro de los venezolanos. Quedó demostrado que los ataques y señalamientos hacia nuestros representantes en el diálogo en República Dominicana, que por demás fueron despiadados y sin base alguna, no tenían sustento ni basamento.
Lo que ha señalado el Consejo Nacional Electoral de obedecer al gobierno y poner la fecha del 22 de abril para las elecciones presidenciales es una muestra más de lo que hemos venido denunciando. Fuimos a instancias internacionales en procura de acuerdos mínimos para lograr la convivencia ciudadana. El CNE viola la norma electoral al fijar unas fechas sin dar cumplimento a la Ley que exige como mínimo seis meses para preparar cualquier elección. Las cuatro rectoras -ya que el rector Luis Emilio Rondón salvó su voto por no querer formar parte de esta patraña- violan la Ley. El cronograma electoral viola el derecho a elegir y ser elegido.
¿Qué busca el gobierno con este llamado a elecciones apresuradas? ¿Cómo participamos? ¿Están dialogando y se paran de la mesa? Los acuerdos son de parte y parte. ¿Qué pretendían ellos? ¿Que nuestros representantes le entregaran al país? No, señores. Yo le hago un llamado a esos difamadores de oficio. No les digo que admitan su error y pidan disculpas públicas sino que cesen en sus ataques sin sentido y ayuden a recuperar la democracia en nuestro país. De lo contrario, vamos a pensar que colaboran con el régimen, ya que no hay de otra. Allí están los resultados del diálogo.
Negar que en el país no hay crisis humanitaria y se abra este canal es cruel; ver a un familiar morir porque no tiene el medicamento que le devolverá la salud es muy fuerte; no tener dinero para comprar la comida de tus hijos es cruel; que no te alcance la plata para el pasaje y la comida es demasiado fuerte. Por eso insistimos en el canal humanitario; que haya elecciones limpias y transparentes; que no haya punto de control cerca de los centros electorales; que no se den esas reubicaciones alegremente; que haya tinta indeleble; el voto asistido; observación internacional creíble no parcializada; que respetemos la Ley Electoral; que se dé chance al Registro Electoral para los nuevos votantes. Esas condiciones deben estar presentes.
Soy partidaria del voto como arma del ciudadano para lograr los cambios que se requiere, pero debemos rechazar los términos del régimen para unas elecciones que no serán libres y transparentes.