La oposición debe recomponer urgentemente su Unidad y conformar una UNIDAD NACIONAL para derrotar la mafia que usurpa el poder.
Si la dirigencia de los partidos opositores o el llamado G-4 de la MUD decidieren participar en la farsa electoral organizada por el régimen, para intentar legitimarse, estarían cohonestando el proceso amañado del cual se valdrá la mafia militar-civil para retener el poder. La oposición no puede participar en un proceso electoral que ya ha sido desconocido por numerosos países, entre ellos los que conforman la Unión Europea. Sería actuar a contrapelo de la opinión internacional que demanda un proceso electoral transparente y con garantías democráticas.
Si, pese al repudio nacional e internacional, Maduro logra reelegirse, ¿significa que todo está perdido? ¡En absoluto! Acudamos a la historia. Pérez Jiménez en 1957 organizó un plebiscito para legitimar su gobierno de facto después del Golpe de Estado del 2 de diciembre de 1952. Fue una farsa similar a la que ahora se pretende. Pérez Jiménez se declaró victorioso. Mes y medio después fue derrocado por una gesta cívico-militar que obligó al dictador -el 23 de enero de 1958- a huir a República Dominicana. Son los imponderables de la política que también juegan su papel.
Es inevitable la pregunta de Lenin: ¿Qué hacer? En mi humilde opinión y experiencia política de más de 70 años la oposición venezolana debe dedicarse urgentemente a recomponerse y sobre todo a recuperar su Unidad y desarrollarla de tal manera que se convierta en una UNIDAD NACIONAL SUPERIOR capaz de derrotar a la mafia militar-civil que usurpa el poder. Debe, esa nueva oposición, hacer -frente al país- un balance de sus errores y una autocrítica que le permita recobrar la confianza popular.
Debe convocar a un Congreso Democrático de la Oposición, lo más amplio posible de donde surja la Nueva UNIDAD Nacional con un programa de lucha que empiece por caracterizar al régimen como lo que es: UNA DICTADURA MILITAR FASCISTA frente a la cual no se puede luchar con formas inútiles. Convencerse de que la “salida constitucional, electoral y pacífica” perdió su vigencia.
Al régimen HAY QUE AHOGARLO, como sucedió con el “apartheid” en Sudáfrica, de manera que no tenga recursos para hacer populismo. Ya está cercado internacionalmente, ahora hay que cercarlo internamente, ello solo se logra si se forja un frente de lucha en el que participen todos los sectores que repudian al régimen, sobre todo trabajadores y empresarios unidos. ¿Qué significa eso? DESOBEDIENCIA CIVIL por ejemplo: NO PAGAR IMPUESTOS. Surgirán otras ideas. El pueblo despertará su espíritu creativo. Hay que decir como cantaba Maelo: ¡PA’LANTE, PA’LANTE COMO UN ELEFANTE!!!