Lo peor de todo lo que ocurre en Venezuela es que el pueblo, hambriento, enfermo y manipulado, conspira contra su propio bienestar.
Analistas internacionales buscan razones reales de los extraños comportamientos políticos que están ocurriendo en Venezuela.
Cuando el gobierno español constató a finales del año pasado la intervención de hackers rusos y venezolanos en la crisis institucional de la comunidad autónoma de Cataluña, se dispararon muchas alarmas. Ya se sabía de la injerencia rusa en las elecciones presidenciales norteamericanas.
Los analistas encontraron que cuando el desaparecido Hugo Chávez fue creado como una esperanza para los decepcionados de los políticos que los gobernaban desde la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez, el abogado y político Vladimir Putin estaba instalado ya como director del Servicio Federal de Seguridad, lo que antes fue la KGB, y en marzo de 1999 asumió también como secretario del Consejo de Seguridad Nacional. Cuando Boris Yeltsin dimitió el 31 de diciembre de 1999, Putin, de acuerdo con la Constitución rusa, se convirtió en presidente interino.
Seguidamente fue electo presidente de la Federación Rusa y desde 2000 es quien más tiempo ha tenido ese cargo desde la caída de la URSS.
No parece casualidad el acercamiento inmediato entre Hugo Chávez y Vladimir Putin. Chávez ganó las elecciones presidenciales de diciembre de 1998, después de intentar un golpe de Estado en 1992.
Los negocios entre los gobiernos de Venezuela y Rusia iban bien hasta que en 2013, Chávez desapareció sin poder emular a Putin en el poder.
Las relaciones económico-comerciales entre Venezuela y Rusia están institucionalizadas, canalizadas para lograr acuerdos de cooperación e inversión en áreas energéticas de petróleo y gas. Existen más de 260 acuerdos de cooperación entre los dos países, además de empresas mixtas y acuerdos directos entre PDVSA y la petrolera rusa Rosneft.
Los analistas consideran que con la desaparición de Hugo Chávez, los acuerdos petroleros con Rusia no han tenido la misma fluidez ni las mismas ganancias.
Eso puede haber causado un desencanto con el gobierno de Nicolás Maduro y la enorme corrupción que destruyó la industria petrolera que hasta 2013, como ha demostrado Rafael Ramírez (su expresidente) tenía números muy positivos.
Tampoco puede ser casualidad que a la campaña emprendida por Rafael Ramírez desde el decano de los diarios de la principal zona petrolera de Venezuela se haya sumado Jorge Giordani, exministro de Planificación en los gobiernos de Hugo Chávez.
Los analistas han precisado que el gobierno de Venezuela se ha ligado con muchos gobiernos totalitarios e intereses contrarios a la democracia. Tal es el caso de Cuba, Siria, Bielorrusia, Zimbabwe, Vietnam, Corea del Norte, Libia, Argelia y los dominantes Rusia, China e Irán.
Cada uno de esos países, con sus respectivos grupos internos, han convertido a Venezuela en escenario de conspiraciones que influyen en los diversos grupos políticos nacionales que a su vez también practican conspiraciones entre ellos. A todo eso hay que sumar la conspiración interna del chavismo contra el madurismo que maneja el Estado.
Lo peor de todo este complicado panorama es que el pueblo, hambriento, enfermo y manipulado, conspira contra su propio bienestar.
@jajogra