Por.- Karen Brito.
Este domingo Colombia tendrá las primeras elecciones parlamentarias con la participación del nuevo partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), el cual está conformado por los miembros de la antigua guerrilla, con la que el Gobierno de Juan Manuel Santos firmó un acuerdo de paz donde se estableció que podían formar parte del Congreso colombiano.
La participación de la FARC en los comicios será un elemento novedoso en el siguiente período (cuatro años) del Congreso, que iniciará el próximo 20 de julio, debido a que tendrán cinco curules en el Senado y cinco en la Cámara, aunque ningún colombiano les diera su voto. Esto ha generado cierta incomodidad en la población que aún no acepta que se le permita legislar a los exguerrilleros.
Por primera vez en medio siglo no hay temor en Colombia a un ataque de la antigua guerrilla de las FARC que, transformada en partido político, se estrena en unos comicios rodeados de un gran rechazo social.
Los colombianos deberán elegir 102 senadores y 166 representantes a la Cámara. Este tipo de elecciones han sido históricamente las de mayor abstencionismo en el país latinoamericano, esto debido a que los ciudadanos se han acostumbrado a regirse más por una figura presidencial que por la congresista.
En las elecciones legislativas de 2014, de 32.795.962 ciudadanos habilitados para votar solo 14.310.367 participó en la convocatoria. Dicha cifra representó 43,58 % de los electores. Todo esto se debe a que los colombianos de cierto modo subestiman la figura de los congresistas, porque pese a que es en el Congreso donde compendian las preferencias ideológicas y partidistas de la población, ésta ve con mayor relevancia la figura presidencial.
Ante esta situación, el Congreso no ha mostrado interés alguno en tratar de recuperar la confianza de la ciudadanía, ni en demostrar su compromiso con la legislación de las leyes colombianas.
Riesgo de Fraude
Según un informe emitido por la Misión de Observación Electoral (MOE) y la Defensoría del Pueblo colombiana, los riesgos de fraude electoral o por factores de seguridad para las elecciones parlamentarias son los siguientes: 379 municipios del país están en peligro en la elección del Senado, 355 en la Cámara de Representantes (216 coinciden en ambos) y 287 donde hay alerta por la posible incidencia e intervención de grupos ilegales.
La directora de la MOE, Alejandra Barrios, aseguró que las estadísticas han disminuido en comparación con los comicios anteriores, al pasar de 260 a 170 municipios con posibilidad de sufrir fraude. Sin embargo, destacó que “los niveles extremos de riesgo aumentaron para estas elecciones al pasar de 50 a 64, lo que implica que las autoridades deben mantener acciones preventivas sobre posibles delitos e irregularidades electorales”.
En total la MOE indicó que son 14 las localidades que presentan riesgo extremo de fraude, tanto para elecciones de Cámara como para Senado. Lo que no puede contrarrestarse con abstención, sino con el ejercicio al voto que hoy en día no representa un compromiso para con la nación por parte de la ciudadanía colombiana.
La violencia rodea los comicios
Las elecciones no están exentas de la violencia de la que continuamente es víctima Colombia, ataques a los candidatos han sido reiterados en los últimos días. El de mayor connotación fue la detonación de un explosivo durante el cierre de campaña de la senadora Olga Suárez y del candidato a la Cámara Horacio Gallón, ambos del Partido Conservador, el cual se llevó a cabo en Segovia, municipio del departamento de Antioquia.
Los candidatos de la FARC han sido los que más han recibido demostraciones hostiles durante la campaña electoral por parte de diferentes sectores, que no aceptan que lleguen al legislativo sin haber respondido antes por los crímenes que cometieron.
A pesar de que estas elecciones son las primeras sin la presencia de la FARC como guerrilla, las fuentes oficiales han estimado que 29 departamentos del país aún se deben preocupar por la seguridad en estas jornadas democráticas. La Defensoría colombiana especificó que 287 municipios presentan algún tipo de riesgo: 87 en peligro extremo (13 departamentos); 91 en alto riesgo (18 departamentos) y 109 en alarma media (22 departamentos).
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Por su parte, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció que cesará sus operaciones militares ofensivas entre el 9 y 13 de marzo, durante las elecciones parlamentarias como “una muestra de respeto a los colombianos” que votaran durante las fechas. Además le solicitaron al presidente Juan Manuel Santos fijar una nueva fecha para iniciar un ciclo de conversaciones para pactar un nuevo alto del fuego con el Gobierno.
Como otra medida de seguridad, el ministro del Interior colombiano, Guillermo Rivera, anunció el cierre de la frontera desde el 8 de marzo hasta el domingo 11 tras finalizar la jornada electoral. “No queremos que sea obstáculo o distractor del debate electoral», enfatizó.
Además, Rivera indicó que se decretará ley seca desde el sábado 10 hasta el lunes 12 de marzo. El titular de la cartera de Interior afirmó que «si la FARC no alcanzan el umbral, podrían tener cinco senadores y representantes», como fue acordado en el marco del proceso de paz firmado entre el Gobierno y el desmovilizado grupo insurgente.
Estos comicios son cruciales porque definirán el apoyo que el próximo presidente de Colombia tendrá para gobernar en un parlamento cuya novedad será la presencia asegurada de diez miembros de la antigua guerrilla FARC, cinco en cada cámara, independientemente del número de votos que obtengan.
Cabe destacar que los principales candidatos a la presidencia colombiana son el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, el senador uribista Iván Duque, los exalcaldes Gustavo Petro (Bogotá), y Sergio Fajardo Medellín), quienes se han llevado el protagonismo con su intensa campaña para apoyar a sus fichas para Senado y Cámara. Por su parte el candidato de la FARC se vio obligado a declinar su candidatura tras presentar problemas de salud.