Por .- Eduardo Lugo.
Carolina Itriago estaba reuniendo dólares para comprar un pasaje con destino a Panamá a través de Copa Airlines. Tenía su fe puesta en los ahorros que pudo materializar a través de sus dos trabajos, pues pensaba en realizar el trayecto en mayo de este año con el propósito de ir a la boda de su hermana hasta que llegó el día jueves.
A través de una transmisión en vivo por medio del canal del Estado, Venezolana de Televisión (VTV) se enteró que el régimen había ordenado la suspensión de las relaciones comerciales con Panamá por un lapso de 90 días prorrogables supuestamente para «proteger» el sistema financiero nacional. Una medida que recaía directamente contra la firma jurídica Compañía Panameña de Aviación (Copa).
Casi que llora porque además de visitar a su familiar tenía previsto agarrar unas «mini» vacaciones a fin de «tomar un poco de aire fresco” y despegarse de la «tormentosa» Caracas. El caso de Carolina no es el único en Venezuela. Una parte de la población se vio perjudicada con esta noticia porque incluso, ya habían adquirido su boleto aéreo.
Además, el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (Inac) reiteró la decisión de suspensión que pesa sobre Copa a partir del 6 de abril. Estas sanciones aplicadas impiden a los venezolanos, una vez más, utilizar el espacio aéreo más allá de las fronteras con libertad.
En lo que ha transcurrido de 2018 el régimen ha «cercado» la conectividad aérea hacia otras naciones que van en detrimento de los venezolanos que salen del país, bien sea por la crisis que los afecta, vacacionar y hasta visitar a sus familiares.
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Las decisiones tomadas por el inquilino de Miraflores como manera de reciprocidad no son nuevas en el territorio de Venezuela. A principios de marzo el mismo Inac informó a la población que el régimen había también suspendido hasta nuevo aviso los viajes hacia tres territorios de las Antillas.
“Se prohíben las operaciones aéreas de aviación comercial, de transporte de pasajeros, carga y correo, aviación general y privada desde la República Bolivariana de Venezuela hacia las islas de Aruba, Curazao y Bonaire hasta nuevo aviso”, precisó el texto.
Para tomar esta decisión el régimen nacional alegó que en estas islas del Caribe persistía el contrabando y por lo tanto los vuelos siguen suspendidos.
Sin aviones por falta de pagos
De acuerdo con fuentes relacionadas con el sector aeronáutico más de 13 aerolíneas han abandonado Venezuela debido a la situación económica. En 2017 la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata) ya había alertado este problema.
«La negativa de Venezuela a repatriar los fondos de 3.800 millones de dólares de las aerolíneas viola los tratados internacionales de los que este país es signatario, como las disposiciones de los tratados de inversión bilaterales, que exigen la inmediata repatriación de los ingresos al país de origen de las compañías aéreas», sostuvo un comunicado de IATA que fue divulgado el año pasado.