Peligra la paz colombiana

*La captura por narcotráfico de Jesús Santrich, miembro del Consejo Político Nacional de la FARC, pone los procesos de paz en Colombia al borde del fracaso. Para unos esto demuestra que el grupo guerrillero pacificado sigue con sus prácticas delincuenciales, para otros es una patraña de la derecha para acabar con la paz.

En medio de unas polarizadas elecciones generales en la vecina Colombia y con los acuerdos de paz de La Habana dividiendo al país, se produce la captura por narcotráfico de un jefe del nuevo partido FARC. Evento que podría descarrilar los procesos de paz.

El narcoFARC

El Cuerpo Técnico de Investigación colombiano venía haciendo seguimiento a Marlon Marín, sobrino de Iván Márquez, miembro de la antigua dirección narcoguerrilla de las FARC, negociador en los acuerdos de paz de La Habana, y ahora del partido FARC. Marín contacta, a través de Armando Gómez y Fabio Simón Younes Arboleda, al cártel de Sinaloa, cuyo jefe es el famoso Rafa Caro. Este grupo junto a Seusis Hernández, alias Jesús Santrich, también negociador de las FARC y miembro de su directiva, planeaban enviar 10 toneladas de cocaína a Nueva York a cambio de US$15 millones, según se desprende de varias grabaciones realizadas a fines del año pasado, que ahora se han hecho del dominio público.

Luego en un hotel de Bogotá se entregan cinco kilos de muestra las cuales una vez probadas permiten que el negocio se desarrolle. Los traficantes mexicanos exigen hablar con el jefe y piden se concrete una reunión con Santrich.  El 8 de febrero se concreta la reunión, pero entre los mexicanos había un miembro de la DEA que graba lo sucedido.  En dicha reunión se acuerda el pago del dinero en Miami, con base en un billete contraseña entregado en Bogotá. Esto cerró la operación y luego vendría la entrega de la droga en Barranquilla, que se retrasó por motivos logísticos y rencillas entre los carteles mexicanos. La policía colombiana esperaba que se diera la entrega para proceder a la captura, pero Santrich se entera de que la policía está en la jugada. Esto acelera el proceso y un tribunal de Nueva York emite una orden de captura, que a través de Interpol llega a Colombia para que esta proceda.

Una prueba de fuego

En medio de la campaña presidencial polarizada por temas como la venezolanización de Colombia y la validez y justicia de los acuerdos de paz de La Habana, está hecho preso Jesús Santrich junto al grupo de narcotraficantes.  Santrich esperaba para ser juramentado y ocupar una de las curules que en la Cámara Baja le corresponden a la FARC.

Según el fiscal general colombiano, Santrich planeaba exportar 10 toneladas de cocaína a EE.UU.,  en un procedimiento que habría comenzado después de la firma de los acuerdos de paz, por lo que está en un calabozo del búnker de la Fiscalía, en espera de que se emita la orden de extradición para enviarlo a EE.UU.

Inmediatamente, sus antiguos compañeros cerraron filas con él.  En un comunicado leído en rueda de prensa, la cúpula del partido FARC afirmó que “con la captura de nuestro camarada el proceso de paz se encuentra en su punto más crítico y amenaza ser un verdadero fracaso. A los manifiestos incumplimientos por parte del Estado, se le agrega una nueva situación que ya habíamos considerado desde que en el Congreso (…) se iniciara el desmonte de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)”.

Por su lado los candidatos presidenciales se pronunciaron. Y ni siquiera los defensores de los acuerdos salieron en defensa de Santrich.  El más duro fue Iván Duque quien afirmó que esto muestra “… por qué las FARC no han entregado la información de las rutas del narcotráfico y sus socios en esa cadena criminal”. En todo caso este hecho reavivó la controversia entre los partidarios de los acuerdos de paz y sus detractores.

Los acuerdos de paz

Para el presidente Santos ”Los detenidos traicionaron los valores y los principios del acuerdo de paz” y fue muy contundente al afirmar que si la Corte Suprema de Justicia aprueba la extradición solicitada hace unos días por EE.UU., él la avalaría.  Pero este caso puede que no vaya a la justicia ordinaria como quiere Vargas Lleras, para quien “la reincidencia debe ser tratada como delito ordinario”.

 Que el caso sea procesado como “delito ordinario” y proceda la extradición depende de que se demuestre que el delito fue cometido antes de la firma de los acuerdos de paz. En este sentido la ONU emitió un comunicado que respalda esta posición al decir: “Cuando se alegue, respecto de un integrante de las FARC-EP o de una persona acusada de ser integrante de dicha organización, que la conducta atribuida en la solicitud de extradición hubiere ocurrido con posterioridad a la firma del Acuerdo Final, la Sección de Revisión del Tribunal para la Paz  evaluará la conducta atribuida para determinar la fecha precisa de su realización y decidir el procedimiento apropiado”.  Y pide a las autoridades que evalúen con “el mayor discernimiento… pues… las decisiones que se tomen tendrán consecuencias profundas para el proceso de paz de Colombia”.

¿Vuelta a las armas?

El candidato Petro, quien aparece como segundo en las encuestas y es el más arduo defensor de los acuerdos y del chavismo en Colombia, advirtió que la dirección de la FARC debería mostrar “no un espíritu de cuerpo en defensa de su integrante, sino el bien superior de Colombia: la paz. La comunicación con sus bases para impedir el retorno a las armas y la evaluación sería de los retos que demanda su compromiso con el país”.

El jefe faraco Iván Márquez avisó que este hecho “genera mucho descontento por quienes firmamos la paz”.  Para Márquez este tipo de “montaje” le lleva a decir que “…este proceso de paz se lo llevó el diablo”. En el comunicado hizo un llamado a su militancia para “mantener la calma, a no aceptar la provocación y a no permitir que el honor y la dignidad farianas continúen siendo mancillados. Es indiscutible que se pretende forzar la desbandada del proceso para justificar la continuidad de la violencia”, dejando entrever que ellos no controlarían a sus hombres si la paz fracasa.

La captura de Santrich y otros, en un ambiente electoral polarizado donde la FARC tuvo que retirar su candidato presidencial por enfermedad aunque  no alcanzaba el dígito en las encuestas, con las altas posibilidades de que Iván Duque gane las elecciones y promueva la revisión del acuerdo de paz y ahora frente a la posible entrega de Santrich a las autoridades norteamericanas, muestra  un panorama muy favorable para que el partido FARC pudiera reevaluar su incorporación a la política democrática, aunque hayan declarado en su comunicado que el camino tomado “… no tiene reversa”.

Esto además deteriora las negociaciones de paz con el otro gran grupo guerrillero colombiano, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que en un comunicado expresó: “La captura de Santrich por una orden impartida desde los EE.UU., contraviene la soberanía nacional, le da otra bofetada a los acuerdos suscritos con las FARC y demuestra la nula voluntad del régimen, para facilitar un proceso de paz, en el que se honre la palabra, con cambios y con la construcción de nuevos rumbos para Colombia”.  De cómo se maneje el asunto dependerá el éxito o fracaso del fin de la guerra civil que ha vivido Colombia por más de medio siglo.