La traición del Esequibo tiene que llamarse lo que hizo la hegemonía roja con la reclamación histórica de Venezuela.
No es verdad que la justa reclamación territorial de la República de Venezuela por los casi 160 mil kilómetros cuadrados del Territorio Esequibo, haya sido olvidada por negligencia de la hegemonía roja. No. Es mucho peor. Ha sido olvidada de forma deliberada, dolosa y dañina para los intereses de nuestro país.
El predecesor de Maduro dijo en visita oficial a Guyana, en enero de 2004, que había que «erradicar» ese tema de las relaciones entre Caracas y Georgetown… y que esa “disputa” era un legado del colonialismo… Al lado de él, estaba aplaudiendo su canciller, el señor Nicolás Maduro. Y eso fue lo que hizo la hegemonía: erradicar el tema de la reclamación del Esequibo durante largos años. Los guyaneses, desde entonces, aprovecharon todo lo que pudieron…
Ya convertido en sucesor, Maduro quiso ocuparse del «tema erradicado». La respuesta de Guyana ha sido plantear el asunto en la Corte Internacional de Justicia. Supongo que uno de sus argumentos principales, será la posición asumida por el predecesor en la referida visita a Georgetown, y además continuada hasta que decidieron cambiarla, no hace mucho, por cierto.
Todo un desastre, que tuvo por fundamento el tratar de «amarrar» los votos de los países angloparlantes del Caribe en los escenarios internacionales, en especial en la OEA. Por un “puñado de votos”, como se podría decir, el señor Chávez renunció a seguir la reclamación histórica de Venezuela, por el territorio continental del Esequibo, más sus derechos en áreas marinas y submarinas. Si eso no se llama traición, nada se llama traición.
En relación con la reclamación histórica de Venezuela, al saberse que el Laudo Arbitral de 1899 fue una estafa en contra de nuestro país, como ha sido ampliamente documentado, incluso por abogados extranjeros que participaron en ese proceso amañado, la posición nacional había sido la de tratar la reclamación de forma bilateral, entre Venezuela y Guyana, con el patrocinio de la ONU. Ello fue consagrado en el Acuerdo de Ginebra de 1966, cuyo mérito principal es el reconocimiento de la reclamación. Todo eso quedó hecho trizas con la referida intervención de Chávez en la propia capital guyanesa, en enero de 2004.
Al respecto debe señalarse, que sus más próximos camaradas militares, siempre tan dispuestos a dar discursos o declaraciones en defensa de la soberanía venezolana, no dijeron nada en esa ocasión, y en adelante también permanecieron callados. Eso es complicidad con la traición. No tiene otro nombre.
¿Puede replantearse la reclamación nacional sobre el Esequibo? Sí se puede. Pero no con los mismos que la erradicaron.