Por.- @alexvallenilla-
Nicolás Maduro ha convertido a Venezuela en el único país en que el aumento del salario mínimo es una noticia que aterra a los ciudadanos por la inflación que genera
Con pánico esperan los venezolanos el anuncio de aumento de salario mínimo que estaría haciendo el mandatario Nicolás Maduro el próximo 1° de Mayo, Día de los Trabajadores, luego que hasta ahora desde que tiene el control de Miraflores, se ha desatado la peor crisis económica que jamás se haya sufrido, con una profunda hiperinflación estimada en más de 9.000% para finales de 2018.
Hasta ahora, debido a la falta de ingresos del gobierno por la vía impositiva, la administración Maduro, que ejerce un control político y directo del Banco Central de Venezuela (BCV), mantiene una expansión monetaria para financiar del déficit público, por lo que cada aumento de sueldo que ha decretado, sin disposición financiera, no significa sino más emisión de dinero para dar cobertura a los incrementos, lo que al mismo tiempo se traduce en alza de precios generales. Desde que Maduro ejerce la presidencia, la canasta alimentaria pasó de 4.954 bolívares en 2013 a 52 millones de bolívares en lo que va de 2018, con más de 1.050.000% de alza de precios, produciendo una hiperinflación salvaje y fuera de control en el sector alimentos.
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A lo anterior debe sumarse que ahora se emite más dinero por la vía de los “bonos de la patria”, una asignación directa que hace el Ejecutivo a personas que tienen el carné de la patria y que se les deposita en montos de hasta 1 millón de bolívares de manera irregular. Cada emisión de estas asignaciones también genera “dinero inorgánico”, lo que impacta los precios al alza.
Trabajadores públicos en distintos sectores, que todavía hacen vida laboral en algunos espacios, esperan con temor el nuevo incremento, ya que actualmente los sueldos que tienen quedaron fulminados ante la espectacular subida de precios de los alimentos en Venezuela en casi 1.900% en los últimos seis meses. Esta situación viene creando una nueva y es que las instituciones públicas se están quedando si personal, médicos, policías, profesores, maestros, militares, bomberos, entre otros. En todos los estados han estado abandonando sus puestos de trabajo por la imposibilidad de mantenerse con los actuales salarios, hay reportes de cuerpos policiales que hasta el año pasado tenían 2.500 policías y ahora sólo tienen 800 efectivos y no todos están activos, así como cuerpo de bomberos con al menos unos 1.690 funcionaros el año pasado y sólo quedan 360.