Los independentistas están jugando con fuego. Una especie de papa caliente va pasando de mano en mano entre los más sonados líderes (o no) del independentismo y ya está la cuenta regresiva andando… así que comienzan a lanzar la papa cada vez más rápido, y sin pensar, intentando evitar unas nuevas elecciones, no por patriotismo, sino por el mero interés de no perder el único resquicio que les queda del sueño independentista… o quizás sea la pesadilla.
Lo único que sí está claro (por los momentos) es que Puigdemont no será el próximo Presidente catalán, ya que el Gobierno impugna hoy miércoles ante el Tribunal Constitucional la reforma de la Ley de la presidencia de la Generalitat y del Govern, aprobada hace cinco días en el Parlamento autonómico, la cual permitía que un diputado pudiera ser investido presidente sin necesidad de estar presente en el hemiciclo.
Pero antes de renunciar al independentismo, sus defensores prefieren postergarlo. «Si no hay ventana para investir al presidente Puigdemont, en este momento, se investirá a otra persona antes del día 14». Elsa Artadi, portavoz de JxC, confirmó así lo que el Gobierno y los grupos de la oposición en el Parlamento catalán ya habían advertido.
Las dudas del voto delegado
Por otro lado, una vez que se proponga al nuevo candidato, habría que evaluar si cuenta con los votos suficientes. De modo que la rueda vuelve a dar la vuelta y comienza por el mismo sitio. La admisión a trámite por parte del TC del recurso de amparo presentado por Ciudadanos contra los acuerdos de la Mesa que autorizaron el voto delegado, abrió ayer una nueva vía en cuanto a la posibilidad de que Puigdemont y Toni Comín (ERC), ambos huidos de la Justicia española, puedan seguir ejerciéndolo en los próximos días.
Los tiempos
Pareciera que no se está haciendo política en el parlamento catalán, sino jugando al tetris o al sudoku. El sustituto de Puigdemont está en manos de la decisión del TC. Si el pleno de investidura -cuya convocatoria es potestad exclusiva del presidente de la Mesa del Parlament, Roger Torrent- se celebra antes de que el TC se posicione sobre esta suspensión, no antes del sábado, la suspensión caería en saco roto. En este sentido, en JxC trabajan con la hipótesis de que Puigdemont y Comín sí podrán votar. Si no fuera así, JxC y ERC sumarían 64 escaños -por 65 de la oposición-, y los cuatro diputados de la CUP volverían a ser determinantes.
En este sentido, si el Ejecutivo de Mariano Rajoy hubiera impugnado estos acuerdos de la delegación de voto, su suspensión hasta que se resolviera el fondo del asunto habría sido automática, y tanto el expresidente como el exconsejero huidos no podrían votar; pero la realidad es que a día de hoy pueden hacerlo (ya lo han hecho) porque al haberla promovido un grupo parlamentario la suspensión queda al arbitrio del TC.
Entonces, ¿de quién es la culpa? Según el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, es de Rajoy, razón por la cual le ha retirado su apoyo en cuanto al manejo de la situación catalana. Rivera criticó que el Ejecutivo no haya recurrido ante el TC el voto delegado de Puigdemont y de Comín. Y posteriormente anunció que retira su apoyo al Gobierno en la gestión de la crisis catalana porque Rajoy ha hecho «dejación de funciones».
Mientras tanto, sigue el puzzle en plena acción. A ver si esta semana terminan de encajar las piezas.