Viene una semana complicada en Venezuela: Una psicoanalista explica cómo aguantarla

Auxi Scarano, psicoanalista​ y psicólogo clínico​, ​responde a la pregunta: 

​¿​De qué trata «transitar y tolerar el mal momento que se vivirán en esta semana en Venezuela, en la previa a las elecciones presidenciales del 20 de mayo»?
Por Auxi Scarano
CARACAS.- Transitar y tolerar el mal momento que se vivirá en esta semana en Venezuela, en la previa a las elecciones presidenciales del 20 de mayo, se trata de admitir el profundo dolor social qué venimos viviendo. Miedo y angustia frente a la incertidumbre del «evento» de las próximas votaciones, de los días por venir después de un » resultado» lejano a los deseos de recuperar el funcionamiento sano del país.

Difícil ​suponer ​el alcance, las implicaciones y efectos psicológicos de estas semanas que debe transitar el país​​, después de años de derrotas, desorientación, confusión, pérdida de la lógica, de ​referentes, ​de absurdos, ​cambio de rutinas y ​patrones de funcionamiento, de​ excesos de maltrato social​, de psicosis social, ​que vivimos y que han resultado «normalizándose», mecanismo de defensa colectivo​ que evita ​​la paralización.

Se trata de aceptar que no se puede adivinar exactamente lo que vendrá o sospechar​ que vienen días mucho​ más difíciles para todos y, no obstante preservar ​las​ zonas mentales de protección, ​los​ refugios psíquicos sanos.
​Pero, ¿​cómo tolerar la amenaza constante que pone en duda la identidad?​, ​¿cómo protegerse del desgaste que implica hacer maromas todo el día?​, ​¿cómo sostener el ánimo cuando no hay confianza, protección y seguridad en el porvenir​?, ¿cómo sostenerse a pesar del evidente colapso externo?, ¿cómo cuidar que ese mundo externo en caos no desorganice el mundo interno ni quiebre la estructura de vida?
Se trata de desarrollar tolerancia a la turbulencia, ​desarrollar​ aguante, resiliencia​. Requiere un momento de calma para pensar el caos y ordenarlo según las​ prioridades, ​las​ necesidades primarias, los​ recursos reales. Pensar para evitar la queja infértil que rumia y no construye. Atajar las fantasías persecutorias, no anticipar sobre las bases del miedo, proponerse no salir más lesionado. Buscar ​dentro de sí a qué​ ​vas a ​llamar valentía, coraje, orgullo para no dejar​se​ borrar por la imposición de la realidad. No adelantar más de lo que ya hay​, no sobredi​mensionar más de lo que ya está sobrecargado. Entender que hay una situación externa muy provocadora que satura (y cuando estamos saturados no podemos pensar) que saca de​l centro con facilidad y requiere ​entonces sacar lo mejor de uno, aunque uno crea que no pude y ser firme, entero, custodiando la​ salud emocional.
Es necesario darse pausas para reabastecerse psicológicamente. Espacios de recreo​, pausas psicológicas para reabastecerse porque no es posible parar. Contener las emociones​:​ rabia, impotencia, indignación, que buscan  salir de la psique en acciones o conductas cómo sea, porque no se aguantan adentro. Solo que ello tiene el riesgo de lo impulsivo, de lo que se lleva por delante: el comentario ligero, el rumor que distorsiona, la decisión errada, las noches de insomnio, comer de más, enfermarse o maltratar a los más cercanos de tanta irritabilidad. Toca vigilar dentro las lágrimas que necesitan salir y darse el espacio íntimo para drenar en forma sana el malestar​, lo que también es posible  con ejercicios, escuchar música, escribir que siempre ayuda, dedicarse a un proyecto que rescate la noción de futuro y sobre todo ofrezca la seguridad de ​lograr cosas, «hacer algo» que ocupe y gratifique o acompañarse con otros.
Esta semana necesitamos administrar las emociones, mantener la calma frente a los extremos​. Y​a hemos pasado eventos catastróficos, ya conocemos la ingrata y extraña sensación del día «D»​ y sobre la marcha hemos ido haciendo adaptaciones​, en eso de ir un día a la vez, un momento a la vez, para saber dónde estamos ubicados, retomar para dónde queremos ir y volver a plantearnos los caminos. Todo ello requiere poder confiar en que se cuenta con ​capacidad de respuesta frente a este presente rudo que implica tolerar cambios, casi que ensayo y error sobre las nuevas exigencias que produce vivir mucho rato en crisis.
Rescatar fuerzas, el sentido de ​la​s acciones, aguantar el tornado de dificultades, velar por las necesidades básicas y ponerle palabras al malestar escritas, habladas, dibujadas o cantadas, darle forma, es parte de procesar, digerir​, elaborar psíquicamente la realidad para mejorarla​.
Y esperar. Espera ingrata, pero toca esperar – no pasivamente- a que aquellos acontecimientos que no dependen de ​uno​, donde no se ​tiene el control, transcurran para​, sobre lo que resulte, ​poder tejer las nuevas posibilidades y las nuevas decisiones que habrán de tomarse.
Calma para pensar los malos tiempos, tiempos para acompañarse y sostener amorosamente los vínculo​s​ cercanos e importantes. Que la​s acciones vayan de la mano de reconocer y defender lo que se es​, empeñarse en ​ser coherente y digno, funcionar sintiendo respeto por ti mismo y los tuyos. Esas pertenencias internas serán las fortalezas que necesitamos tener estas semanas y que marcarán tu porvenir.