Por Roberto Mansilla Blanco.
Rodríguez Zapatero reaparece como un nuevo jefe de ceremonias del gobierno socialista español, con efecto colateral sobre Venezuela.
La alocución parlamentaria de la portavoz del PSOE, este viernes 1º de junio, antes de comenzar el debate final sobre la moción de censura contra el gobierno de Mariano Rajoy y la investidura de Pedro Sánchez, dejó en el ambiente político una clave que puede definir el momento actual en España: el posible súbito retorno de José Luís Rodríguez Zapatero como eventual árbitro y maestro de ceremonias de la moción de censura impulsada por el PSOE.
La alocución de Margarita Robles, portavoz parlamentaria del PSOE, el viernes 1º ante la convocatoria de eventual investidura de Sánchez, dio a entender algunas claves colaterales e incluso inesperadas en la que puede gravitar esta moción de censura y el final de la era Rajoy al frente del gobierno.
Robles reivindicó glorias electorales del socialismo español, como la victoria de Felipe González en 1982 y, principalmente, la de Zapatero en 2004. Habló de retomar la “ilusión por el cambio”, pero especialmente de los “valores progresistas”, el “talante” y la “igualdad” que fueron señas de identidad del legado de Zapatero en La Moncloa.
Más que un estado de ánimo orientado a legitimar el nuevo contexto político en España, la súbita reivindicación de la figura de Zapatero en el panorama actual post-Rajoy es significativa. Desde 2016, la labor de Zapatero como prácticamente el único aliado internacional del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela (a excepción de gobiernos afines como Rusia, China, Irán y Cuba, entre otros) le había mantenido aparentemente alejado de los laberínticos entresijos de la política española y, particularmente, del PSOE.
Esta misión venezolana de ZP coincidió con el proceso de elección interna en el PSOE, donde Sánchez se jugaba la candidatura contra la preferida por los “barones” socialistas (ZP incluido), en este caso la de Susana Díaz, presidenta de la Comunidad Autónoma de Andalucía. La posición de Zapatero fue muy crítica con Sánchez, incluso con episodios de ruptura política. No obstante, la inesperada victoria de Sánchez en las primarias del PSOE y la necesidad de salir de Rajoy parece darle nuevos aires a ZP en el nuevo contexto político español.
Esto traerá consecuencias colaterales hacia Venezuela, tomando en cuenta el papel de mediador de ZP, cuyas posiciones prácticamente parecen ser las de vocero internacional de Maduro. Particularmente visible sería esta posibilidad ante la caída de Rajoy y la cada vez mayor evidencia de una España gobernada por un Sánchez que también encarna un relevo generacional en el PSOE.
El nuevo gobierno de Sánchez, a definir en sus pactos con PODEMOS, el aliado chavista en España, deja entrever qué sucederá con la política española hacia Venezuela en un momento en que la Unión Europea ha consensuado una nueva batería de sanciones contra altos funcionarios del gobierno de Maduro.
Está por ver si, en este contexto, la figura de ZP se erige como un posible maestro de ceremonias del nuevo momento político español. La pregunta es sugerente: la moción de censura y la caída de Rajoy, ¿supone un eventual retorno de ZP a la política española, con efectos colaterales en su misión en Venezuela para mantener a Maduro en el poder?