La democracia funciona cuando el poder está equilibrado

Por Williams Dávila

La democracia funciona cuando el poder está equilibrado y cuando los gobernantes rinden cuentas y se someten a controles.

No hay democracia sin Parlamentos. No hay Parlamentos sin democracia y donde no hay democracia y no hay Parlamento, hay dictadura, porque solo un Parlamento que represente, que legisle y controle es la única manera de que se pueda tener una democracia funcional que es un sistema ecológico que produce sus valores y sus principios; pero lo más importante de todo es que produce instituciones que regulan la cotidianidad de la vida de los pueblos. Por eso las dictaduras no quieren jamás, ni nunca, la liberación de un Parlamento autónomo. Por eso, en el caso de Venezuela, de las 15 leyes que nosotros aprobamos, todas las declararon prácticamente inconstitucionales. 80 sentencias que han producido decisiones arbitrarias quitándonos competencias constitucionales.

Maurice Duverger anotaba en el siglo pasado que “el Parlamento es un lugar de debate permanente entre los ciudadanos y el gobierno, entre la oposición y la mayoría. Es la tribuna pública donde se expresan las reivindicaciones y los desacuerdos”. Aunque esas palabras pueden parecernos que nos son ajenas a nuestra realidad, son por el contrario un hecho efectivo dentro de una democracia constitucional que nos debe llenar de reflexión y determinación. Reflexión para comprender a cabalidad el valor e importancia del Parlamento. Una democracia funciona cuando los ciudadanos somos cabalmente representados y escuchados, atendidos en nuestros planteamientos e inquietudes. Y ese es papel del parlamento.

Una democracia funciona cuando el poder esté separado, responsabilizado y equilibrado; cuando los gobernantes rinden cuentas y se someten a controles. Ese es papel del parlamento.

Determinación para hacer de las palabras hechos y de la Constitución un valor auténtico para la construcción de una Venezuela libre, próspera y democrática. Eso pasa por poner marcha atrás al proceso de asedio y vaciamiento competencial que hoy vive nuestro parlamento nacional. El propósito real de esas decisiones es convencernos de que el poder conferido a la Asamblea Nacional en nada sirva, pero nada más falso.

El “Encuentro de Congresos Latinoamericanos y del Caribe” en apoyó a Venezuela, realizado en Cúcuta el 01 de junio de este año es un hito histórico. Es la expresión heroica de la solidaridad y universalidad de la democracia frente a esos espíritus viles, abyectos, acomodaticios que analizan los principios de la democracia sobre la base de sus propios intereses y que utilizaron la democracia para llegar al poder y después destruirla. Las conclusiones explanadas y acogidas por unanimidad de la plenaria fueron las propuestas que, en nombre de la Asamblea Nacional y el Frente Amplio, propusimos ante la Cámara de Representantes de Colombia el 24 de abril del corriente año, lo que refleja con claridad la importancia de la ofensiva de diplomacia parlamentaria que emprendimos en 2016.

En esta oportunidad, para reforzar las propuestas ya realizadas, sumamos las siguientes proposiciones: en primer lugar que se reconozca la credencial parlamentaria como un documento de traslado vista el problema de la anulación de los pasaportes; en segundo lugar, que se designe una comisión entre nosotros mismos dentro de la concepción del Frente para observar y documentar todas las violaciones de los derechos y prerrogativas de los parlamentario y en tercer lugar que presionemos desde nuestros Congresos el desconocimiento total de todo convenio que haga el Ejecutivo Nacional sin tener la aprobación de la Asamblea Nacional. Igualmente les pido que nosotros, dentro del ejercicio de la diplomacia parlamentaria, les exijamos a sus Gobiernos que respalden el informe que acaba de salir de los expertos de la OEA donde se verifica que la situación de Venezuela sí puede ser llevada a la Corte Penal Internacional. Eso es muy importante porque dentro del informe se establece que las agresiones contra la Asamblea Nacional y la anulación de los pasaportes es una gravísima violación de los derechos humanos que viola el artículo 7 del Estatuto de Roma.

Seguimos avanzando en la lucha por el rescate de Venezuela y la restitución del hilo constitucional. No desmayaremos ¡Combatir hasta triunfar!