Por Jaime Granda
*Las denuncias contra irregularidades en elecciones del 20 de mayo pueden ser oportuna excusa para reencuentro de toda la oposición.
Para algunos observadores luce como incoherencia que mientras el proyecto ruso-cubano participa en todas las elecciones del continente, incluyendo las de Colombia con candidatos que fueron de sus guerrillas desde los años sesenta, la oposición venezolana prefiere caminos menos inciertos.
No es coherente celebrar lo ocurrido en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA). Lo racional y ecuánime es admitir que no todos los países del continente apoyan decisiones en contra del criticado y efectivamente mal gobierno de Venezuela. Es ahí donde la coherencia apuntaría a analizar las razones por las cuales no todos los gobiernos del continente aprueban ir contra el gobierno venezolano. Parte de la coherencia es entender que la OEA y la Organización de Naciones Unidas (ONU), al igual que otras organizaciones internacionales, no representan a los pueblos, sino a los gobiernos de cada país miembro.
Si el objetivo en la OEA era suspender a Venezuela de esa organización y los votos no fueron suficiente para lograrlo, lo racional es admitirlo. Además, el gobierno de Venezuela ya pidió su salida de la OEA y han pasado 13 de los 24 meses de plazo para se concrete la solicitud.
Por otra parte, bastante se ha dicho que la comunidad internacional no puede sustituir malos gobiernos. Si así fuese, no hubiese prosperado el proyecto ruso-cubano en Cuba, Nicaragua, Bolivia, Venezuela, además de Argentina, Brasil y Ecuador donde se derrumbó. Ese proyecto busca ahora imponerse en Colombia por la vía electoral.
La historia muestra que como ocurrió con Cuba, ser expulsado de la OEA no afecta al gobierno instalado. Eso solo apunta a que, lamentablemente, Venezuela recorre la ruta cubana y se puede ver por los miles de venezolanos montados en camiones y otros vehículos no aptos para transportar gente. Pronto veremos en Venezuela carromatos tirados por animales como medio de transporte de pasajeros.
José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), quien trabajó antes como abogado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la OEA, alertó esta semana: “Expulsar a Venezuela de la OEA sería un grave error táctico”.
Fue un error aconsejar a la gente que no buscara una salida con el sistema electoral automatizado que se usa en Venezuela. Eso se evidencia con el crecimiento de la hiperinflación, a tal punto que un kilo de cualquier alimento básico cuesta uno o más millones de bolívares. Todo eso se agrava aconsejando ahora a la gente que vaya a las calles a protestar, a probar el ya probado sistema de represión del gobierno que ahora tiene más excusas porque, mal que bien, muestra cierta apertura a enderezar las cosas.
La comunidad internacional también aconseja bajar la intolerancia y enfrentar diálogos sinceros entre las partes con la mirada puesta en el bienestar de las mayorías y no de determinados grupos sociales o políticos.
Todo eso se ha planteado en diferentes foros en el mundo y en la Asamblea General de la OEA lo resumió el canciller de Brasil, Aloysio Nunes: “Estamos dispuestos a contribuir con el pueblo democrático, pero sólo será realidad con la unión de la oposición venezolana”.
El representante de Brasil destacó que recae principalmente sobre el gobierno de Maduro crear condiciones electorales que sean avaladas por la región, pero “solo la oposición puede definir un horizonte común para el restablecimiento del país. Estamos dispuestos a contribuir al pueblo venezolano, pero el pleno reencuentro de la democracia será gracias a la oposición en torno a unos objetivos comunes con una estrategia propia”.
Por su parte, el canciller de Republica Dominicana, Miguel Vargas, declaró que al gobierno y la oposición de Venezuela les faltó «voluntad» en el proceso de dialogo organizado en Santo Domingo.
«Sabíamos que no era posible un acuerdo sin la posibilidad de participación de todos los actores políticos en las elecciones», expresó el canciller dominicano.
Una hipótesis
El viernes 1° de junio, el periódico Versión Final, del estado Zulia, abrió su primera página con el título: El Gobierno negocia su supervivencia.
La nota da razones que lucen pertinentes. El Gobierno no las tiene todas consigo. Sintió el impacto de las sanciones de la Casa Blanca y sufre su falta de respuestas frente a la hiperinflación, la escasez y la crisis sanitaria, según admiten fuentes del partido de Gobierno.
Esas mismas fuentes indicaron que el generalato de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana dio un ultimátum al Gobierno. En su seno se escuece un malestar que se plasma en casi un centenar de detenciones de militares de todos los rangos en lo que va de año, acusados de conspiración.
La nota de Versión Final cita un artículo del analista Alejandro López González, en rechazo a la posición de la MUD de no negociar la transición: “Consignas totalmente antihistóricas y carentes de sentido real como: ‘En dictadura no se vota’ o ‘no se dialoga con dictaduras’, solo evidencian la desgarradora manipulación inconsciente que hace un sector de la oposición de una masa desesperada por un cambio, pero sin ningún liderazgo responsable”.
Agrega la nota que el ala más radical de la oposición se opone a un patrón que destaca la fertilidad de los acuerdos. El politólogo John Magdaleno adelantó un estudio de 60 casos de regímenes que mutan exitosamente a la democracia y en 72% con transiciones exitosas, hubo negociación.
Otros detalles
La oposición radical debe admitir que la caída de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno de España y el ascenso de Pedro Sánchez a ese cargo, refuerza la posición de José Luis Rodríguez Zapatero y del gobierno de Maduro, como plantean varios analistas.
Pedro Sánchez es ficha del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el mismo de Felipe González y Rodríguez Zapatero.
Por otra parte, la Corte Penal Internacional (CPI) aclaró que la denuncia de la OEA sobre Venezuela “no abriría automáticamente una investigación” porque el comienzo de un examen depende de la Fiscalía del tribunal internacional.
Una muestra más de la debilidad de la OEA frente a gobiernos autoritarios es que el martes en la noche se debatió la “Declaración de apoyo al pueblo de Nicaragua”, presentada por Estados Unidos y por el propio gobierno nicaragüense, y en la misma se condenó la violencia que sacude a Nicaragua, pero sin responsabilizar al gobierno de Daniel Ortega por la represión de manifestantes.
Unidad por nuevas elecciones
El movimiento político Marea Socialista introdujo el pasado viernes un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), para anular las elecciones del pasado 20 de mayo por supuesto “ilícito electoral”.
El coordinador nacional de esa agrupación, Gonzalo Gómez Freire, consideró que nadie debe ser elegido presidente al intentar “premiar votos”, en referencia al incentivo que prometió el Presidente Maduro a los ciudadanos que participaran en el proceso y tuviesen Carnet de la Patria.
“Eso constituye un ilícito electoral, creemos necesario que se tome una medida cautelar de anulación de las elecciones”, denunció Gómez.
El martes pasado, el excandidato presidencial Henri Falcón informó que está haciendo «todas las coordinaciones» para entregar a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y a la Unión Europea (UE) las pruebas del presunto fraude en los comicios del pasado 20 de mayo.
Igualmente dijo que consignará un documento en el Consejo Nacional Electoral (CNE) donde deja saber que el proceso electoral del 20de mayo es “nulo de toda nulidad”.
Explicó que eso responde a que el entonces candidato y hoy presidente, Nicolás Maduro, utilizó el “soborno como mecanismo de presión para desvirtuar la voluntad popular, lo que hace nulo de toda nulidad cualquier proceso electoral en nuestra República”.
Algunos analistas consideran que esas denuncias son una gran oportunidad para iniciar una alianza real de la oposición contra el Gobierno con una posición coherente que puede contribuir a nuevos comicios.
Sin embargo, el Frente Amplio Venezuela Libre, decidió proseguir con su estrategia de protestas para exigir un cambio de gobierno y convocó para este viernes 8 de junio a la segunda jornada de agitación.